One-Shot.

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01/Enero/XXXX/

El Nuevo Mundo.

Esta parte del globo terráqueo, era único e impredecible, siendo parte de la Grand Line, un lugar llenó de misterios e islas inimaginables, donde el peligro es un llamado a la aventura, y a pesar de ser un campo de climas variados, el día de hoy un clima gobernaba por sobre los demás, donde el cielo se ocultaba sobre inmensas nubes de tormenta, con sus tonos grises y los copos de nieve caían desolados y el viento despiadado sacudía las velas del imponente Moby Dick.

Las islas de invierno jamás habían sido un desafío para la enorme tripulación de BarbaBlanca, pero en esta ocasión no había ningún lugar donde preferirían refugiarse y mantener el calor además de su gigantesco comedor, donde una divertida fiesta llegaba a su punto de ebullición.

-Este frío esta para querer ir al infierno.-Mencionaba Thatch, mientras lentamente se acercaba a su mejor amigo, quién se mantenía alejado de todos y solo observaba como los demás convertirán aquella fiesta en un circo de tonterías, peleas y momentos vergonzosos de borrachos.

-Entonces aléjate de las paredes-yoi.-Respondía Marco al notar que aquel castaño frotaba desesperadamente sus brazos en un intento absurdo de mantener su cuerpo caliente, recibiendo inesperadamente un resoplar desteñido con burla y sarcasmo por parte de su compañero pirata.

-Tu frialdad es más cruel que este clima, pero como no todos tenemos una conveniente fruta del diablo en nuestros genes, estamos obligados a sufrir por este frío.-Refutaba él castaño mientras daba una calada al cigarro que paseaba en su boca mientras admiraba divertido como el ceño fruncido de su amigo se acentuaba, aunque lo único difícil de adivinar, era si era molestia o desdén lo que reflejaban aquellos ojos.

-No tengo porque seguirte el juego-yoi.-

Con esas últimas palabras, Marco estaba a punto de subir las escaleras en dirección a cubierta, cuando una botella estuvo a punto de chocar con su rostro, atrapando aquél contenedor de cristal antes de que éste llegara a su persona.

Y con una ligera molestia contenida, su mirada se mantuvo fija ante la sonrisa felina que le entregaba Izo desde los escalones superiores, bloqueando la entrada y su única salida, conforme la esbelta figura del pelinegro bajaba aquellas escaleras de madera, la ligera risa de aquel pirata era más notoria a los oídos de Marco y Thatch.

-Es una ocasión especial Marco, no deberías porque estar celoso.-Aquellas palabras habían dado en el blanco y la mueca que él rubio le devolvió a Izo, confirmaba sus sospechas.

Lentamente el samurái hacía retroceder a Marco para volver a integrarse al gran salón, tomando asientos a unas cuantas mesas de donde se desfilaban los desastres; la comida parecía volar por todo el salón, algunos trozos eran huesos limpios y otros eran pedazos de carne que se estrellaban en la cara de los desafortunados, además de que Vista parecía pelear con su propia sombra, dando golpes certeros con su espada y asustando a los tripulantes que constituían su división, Jozu discutía con Fossa sobre un tema incoherente a los oídos de Marco, donde lo único que se entendía eran los gritos de los demás piratas que apoyaban la noción de los debatientes mientras las estruendosas y desentonadas voces de Curiel y Rakuyo cantaban el ''Sake de Binks'' junto con Namur que golpeaba la mesa dando percusiones al ritmo de la melodía, y en el centro de todo, bailando sin ritmo ni coordinación se encontraban Haruta y Ace de pie sobre una mesa, tirando todo el contenido de sus jarras sobre sus admiradores que aplaudían con ánimo y los alentaban a nunca detenerse.

Mientras que a lo lejos se encontraba él imponente Barbablanca, rodeado por sus hijas que intentaban quitarle los tambos de licor, pero su fuerza y ebriedad sobrepasaba la poca fuerza y terquedad de las chicas, dando su característica risa, ignoraba todo argumento lógico y médico.

Cálido Invierno - One Shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora