Boruto - Lazos destrozados ✔️

39 - Sacrificio

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capitulo 39

En sus últimos momentos, el Raikage se encontró en un mundo diferente, un mundo compuesto enteramente de rojo y negro. Debajo de él había un mar rojo y sobre él un cielo negro hasta donde alcanzaba la vista. Su cuerpo colgaba sin vida de finos hilos negros que descendían del cielo como si fuera una marioneta, que era la posición en la que se encontraba en la vida real. Cuando abrió del todo sus pesados ojos, vio frente a él al enmascarado que hacía unos instantes le había atravesado el corazón con una espada.

"Pensé en disfrutar de este momento por un rato trayéndote aquí durante tus últimos momentos. Después de todo, esta farsa ha durado demasiado. Pero de todos modos, bienvenido a mi mundo, aunque no estarás aquí mucho tiempo". El enmascarado saludó a su presa con alegría.

"¿Q-Quién eres?" Ay exigió saberlo con la última pizca de vida que le quedaba en la voz.

"Supongo que podría darte esa respuesta. Después de todo, es tu última petición". Fugaku se quitó la máscara negra con rayas rojas que solía llevar y se levantó la transformación que normalmente se aplicaba sobre sí mismo para ocultar la verdadera naturaleza de sus ojos, revelando así su identidad al hombre al que había estado ayudando durante tanto tiempo.

Los ojos de Ay se abrieron de par en par, incrédulo, y la única palabra que pudo pronunciar fue "¡Uchiha!".

"Esa expresión de tu cara es bastante reveladora. ¿De verdad creías que iba a ayudarte a destruir Konoha desde dentro? Pero no te diste cuenta de que, en realidad, simplemente te estaba utilizando para apoderarme de Kumogakure desde dentro. El mismo enemigo al que tanto temías y al que intentabas borrar, el Uchiha, estaba aquí, delante de ti, todo el tiempo". La risa de Fugaku resonó en todo el mundo genjutsu de su Makgekyou Sharingan. "Estabas tan desesperado por hacerte con el Byakugan del linaje del líder del clan Hyuga, porque pensabas que de algún modo te permitiría contrarrestar el Sharingan que tanto temías. Una presunción tonta, pero sin embargo representaba la oportunidad perfecta para mí, ya que ese ansia de poder acabaría conduciendo a tu perdición. Así que localicé y prácticamente te entregué al hijo del Hokage, sabiendo perfectamente que en cuanto trajeras al niño a esta aldea, Uzumaki Naruto y Hyuga Hinata vendrían corriendo también a ciegas y lanzarían un ataque frontal a esta patética aldea tuya. A partir de ahí, sólo se trataría de dejar que las dos partes se destruyeran mutuamente hasta que llegara ese momento perfecto en el que yo pudiera acabar con ambos bandos. Y aquí estamos. Funcionó casi demasiado bien".

A Ay le pesaban los párpados y, aunque deseaba desesperadamente hacer un movimiento, su cuerpo pendía de lo que parecía una cuerda irrompible. Cuanto más luchaba, más se tensaban a su alrededor. Ahora que su vida pasaba ante sus ojos, se dio cuenta de que todas las veces que Fugaku le había ayudado bajo la apariencia del Hombre Enmascarado, desde la batalla entre Kumo y Konoha en la que consiguieron matar a Minato Namikaze, el futuro nuevo Hokage, hasta ahora para derrocar al actual Hokage, no eran más que una trampa para la traición final. Querer destruir Konoha desde dentro no era más que una treta. Ay pensó que podría utilizar a Fugaku para promover los medios para ese fin, pero en realidad era todo lo contrario. La rabia que sintió por dejarse engañar de esa manera era insondable. Debería haberlo sabido.