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Vueltas ,vueltas y más vueltas.

No podía dormir.

Sí, estaba en una cama muy cómoda y, sí, estaba protegida del intenso frío que hacía por la noche, pero no dejaba de repasar las cosas que habían ocurrido horas antes.

Las imágenes volvieron a su memoria...

Llegaron a la entrada de donde vivía el gran clan Uchiha, y sintió cómo su estómago se encogía.

Claro, era de esperarse, antes nunca se habría imaginado en una situación como esta y ahora se encontraba a punto de entrar a la casa de su ex compañero de equipo, junto con su hermano mayor que la escoltaba.

Respiró hondo, cosa que a Itachi le extrañó, ¿tan intimidante era?. Sin darle más vuelta al asunto, alguien abrió la puerta, bañando a los chicos con una cálida luz que provenía desde dentro de la casa.
Mikoto Uchiha hacía su aparición recibiendo a ambos. Miró a su hijo con mucho cariño, y luego pasó a la chica que estaba a su lado, y su mirada cambió a una expectante, llena de emoción.

-Entren, los estábamos esperando- exclamó haciéndose a un lado para darles paso a su hogar.

Sakura estaba sorprendida. Fue mejor de lo que esperaba, por lo que antes de saludar, inclinó la cabeza formando con su cuerpo un perfecto ángulo de 90° -Mucho gusto en conocerla, me llamo Sakura...- dudó, más se quedó callada sin terminar la frase -Gracias por recibirme y perdone las molestias.

No escuchó nada por lo que se levantó ligeramente echando un vistazo, y vio a Mikoto dando pequeños saltitos aguantando la emoción.

-Levántate hija, entra- la tomó del brazo y la hizo pasar. Itachi miraba desde atrás la escena un poco incómodo, más soltó un pequeño suspiro y sonrió ante lo que ocurría, con Sakura mirándolo esperando ayuda por la situación.

Una vez dentro, Mikoto la llevó a la que sería su habitación y le mostró ropa de su tiempo de ninja para que use mientras, además de un pijama para que se ponga. Fue bastante atenta y le prometió ir al día siguiente a comprarle algo más "en onda". Sakura tomó las prendas agradecida y comenzó a desvestirse una vez la pelinegra dejó la habitación, para tomar un cálido baño.

¡Y por Kami que le hacía falta!

Aunque estaba deliciosamente relajada dentro de la tina, de mala gana tuvo que salir, al fin y al cabo esta no era su casa y debía cumplir con las reglas, y Mikoto le dejó claro que en 10 minutos la cena se servía.

Ya lista, salió al comedor y se encontró con todos los miembros sentados esperándole. Fugaku a la cabecera, con una mirada fría y dura, a su izquierda Mikoto, y a la derecha Itachi, que estaba de espaldas a Sakura y quien tenía a su lado a un pequeño que la pelirrosa se aguantó las ganas de saltar sobre él y pellizcar sus mejillas sonrosadas, el niño intentaba mirarla con "discreción" más no lo lograba, lo que le hacía ver el doble de tierno.

-Toma asiento querida. Sasuke, se más educado- regañó a este último.

Obedientes ambos, Sasuke se sentó bien en la mesa, y Sakura tomó asiento en la otra cabecera, quedando frente a Fugaku, quien no le quitaba su mirada escrutadora.

Nerviosa, observaba sólo la comida que tenía enfrente esperando a que los demás empezaran a comer, mas el Uchiha mayor no hacía movimiento alguno.

-Gracias por la comida- escuchó finalmente, seguido por un pequeño coro que repetía la misma oración. Ella no tardó en hacerlo y probar aquel apetitoso plato que tenía en frente.

El primer bocado y sentía que se derretía en su boca. Disfrutó cada cucharada, y a pesar que intentó mantener la compostura, el apetito voraz que tenía salió a flote, terminando rápidamente su platillo.

Con todos mirando sorprendidos, nuevamente se escondió en sí, sonrojada pensando que sería un buen momento para que se abra la tierra y se la coma... nuevamente.

Sin darse cuenta, tenía el plato lleno nuevamente, y Fugaku miraba atento los movimientos de la chica, ella no podía evitarlo, tenía hambre y la comida parecía sacada de uno de los mejores restaurantes del mundo.

Ahora todos terminando su cena, Sakura se atrevió a hablar.

-Pido disculpas por mi comportamiento, pero es la mejor comida que recuerdo haber probado- sonrió abiertamente, para luego ver a Fugaku levantarse de la mesa rápidamente. Mikoto solo reía, y la pelirrosa miró a Itachi buscando alguna explicación, quien también estaba soltando una pequeña sonrisa.
Éste le hizo una seña para que mire al mayor, quien se encontraba de espaldas a ellos viendo hacia la ventana. Entonces Sakura pudo ver sus orejas que ardían al rojo vivo.

-Me alegro mucho que te haya gustado, mi ESPOSO- recalcó -se esforzó mucho en la cocina luego de escuchar que recibiríamos una visita- terminó de hablar en un tono juguetón mirando siempre de reojo al hombre de pie.

Sasuke sonreía orgulloso y asentía ante las palabras de su madre.

-Papá es el mejor ninja y cocinero- le decía a la pelirrosa para que lo tenga muy en claro. Sakura asintió a las palabras del menor, haciendo que este se sonroje.

La pelirosa se levantó de la mesa y se inclinó nuevamente, como lo había hecho hace unos minutos en la puerta.

-Muchas gracias por la comida, y por el cálido recibimiento

-Levanta tu cabeza como un orgulloso ninja- respondió la voz grave de Fugaku -Ahora debes descansar para dar lo mejor en la prueba de mañana- hizo una pausa sintiéndose algo incómodo -como nuestro invitado debes dar una buena impresión y levantar el orgullo Uchiha- asintió a sus propias palabras, cruzando los brazos frente a sí.

-¡Entendido!- exclamó la chica y se despidió de todos yendo a la habitación que le habían preparado.

Pensó a su vez, que lo mejor era dejarlos por un tiempo familiar, al fin y al cabo, era una intrusa en aquella casa.

Luego de un rato, ya todos se habían ido a acostar, y Sakura estaba recostada intentando dormir, bañada por la luz de la luna que se filtraba por la ventana que tenía a su lado.

De pronto sintió cómo se abría la puerta de su habitación muy despacio y se hizo la dormida.

Sintió aquella presencia que ya conocía y no sabía si estar a la defensiva o seguir haciendo como que dormía. Entonces sintió otra pequeña presencia.

-Hermano... parece una princesa ¿no es linda?- preguntó la pequeña voz de Sasuke. Sentía la mirada penetrante de ambos sobre ella, era muy difícil mantener aquella actuación.

Hubo una larga pausa y sintió la cálida mano de Itachi tomando un mechón de su cabello

-Sí... lo es- el corazón de Sakura latía como loco, deseaba que se fueran rápido, y los 5 segundos que se quedaron mirándola más los 10 segundos que tardaron en salir se le hicieron eternos, y cuando al fin se encontraba sola, dio una gran bocanada de aire, sintiendo una presión en el pecho y el estómago.

Volviendo al presente, seguía dando vueltas con todo lo que aconteció, hasta esto último.

Los Uchiha pensaban que ella era linda, pero... ¿por qué el que Itachi lo haya dicho le provocó estas sensaciones?

Mañana será un largo día.

Es cuestión de tiempo (ItaSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora