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Cristina Whellbers.

Blanco, es lo que veo intento levantarme pero unas esposas me lo impiden, intento una vez más pero es imposible, estoy atada de los pies y una cinta está en mi boca.

Grito en silencio ¿En dónde estoy?.

Un sonido de cerradura se escucha dejando ver a un hombre aproximadamente de unos treinta años.

- La princesa durmiente desperto.- dijo con burla.

- oh, perdón.- se acerca a mi y me quitan la cinta de lo boca.

- Es hora de comer.- con asco mire el plato de comida, una mierda por cierto una porción de sopa conservada y una botella de agua.

-¡AHORA!, no tengo todo el día, además tienes unas cosas que hacer desde ahora muñeca-. Lo dice con picardía, y lo miro con asco.

- No tengo hambre.

-¡En que momento te pregunté si querías comer, es una orden!.

Se acercó a mi, me tomo de el cabello y a la fuerza me acerco el plato de comida que tenía en su mano.

- ¡Come hora!.

Y con todo el asco de el mundo probé bocado, no se que este lugar, no se quién es ese hombre, es más ni siquiera se quién soy.

Un fuerte dolor de cabeza me está dando, el hombre solo está esperando a que termine de lo cual apenas voy tragando con fuerza.

Una mujer entra, mirando al señor que me sostenía el cabello con fuerza.

- Suelta, si no Whellbers se va enojar.

Quien mierda es Whellbers.

La mujer soltó el agarre de el hombre y soltó el amarre de el hilo grueso que me ataban los pies.

-¡No hables!.- dijo como si estuviera leyendo mi mente.

Llegamos a una enorme recamara dónde hay mujeres casi sin ropa.

- ¿Whellbers? .

- En dónde siempre.- dijo una mujer peliroja.

Salimos de aquel lugar y mientras bajamos las escaleras sentí miradas sobre mí, como si fuera un delincuente raptado.Llegamos a una enorme piscina y un hombre de espaldas en la piscina se encuentraba allí.

- Te estaba esperando.- Dice el hombre, al parecer tiene como unos veinte seis o un poco más.

La mujer me lleva hasta al hombre y se retira.

-¿Te mordió la lengua el ratón?.- pregunta con picardía.

- No. ¿Quien es usted?.

- Oh valla, el golpe si te afecto.

- Le hize una pregunta.- Hablé sería.

- Eso es lo de menos, pero si te interesa, me Llamo Adam Whellbers.

Se sumerge en el agua, y sale.

- ¿No quieres entrar?.

- No.

Adam, se me quedó mirando de pies a cabeza, como si fuera el tesoro recién encontrado.
Me quedé de pie, helada, sin nada que hacer en el lugar hay hombres vestidos de negro haciendo vigilancia.

- Ahora es mi turno, ¿Quien eres tu?.

Oh valla Adam parece ser muy inteligente, o acaso se me nota que soy como un animalito perdido.

- Nolose.

- Hagamos un trato muñeca.

- No quiero.

¿CUANDO PENSABAS DECÍRMELO? Payton Moormeier✨ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora