CAPITULO OCHO
“FOTOGRAFÍA”
“La vida no puede ser peor” pensé mientras fregaba con todas mis fuerzas una camiseta celeste, Después de mi pelea con Nathan, la abuela nos castigó durante dos semanas, yo tengo que lavar la ropa de todos a mano, A MANO, y cocinar el almuerzo, Nathan es el encargado de Limpiar todos los baños y tuberías solo, y cocinar la merienda, creo que la abuela aprovecho la situación para tomarse unas vacaciones.
-¡Annabell! Sube a la habitación de Nathan y lava su ropa sucia, me voy con Mary al mercado, ten cuidado—dijo la abuela yéndose, yo rodé mis ojos, habían pasado tres días y Nathan y yo aún no nos llevábamos, es más ni siquiera nos miramos, en estos tres días solo nos hemos mirado dos veces, y es para recordarnos que aún nos seguimos odiando. Subí las escaleras y entre en su habitación, tome el cesto de ropa sucia y cuando iba a salir recordé la voz de lucía.
“Quien sabe que cosas jugosas nos esté ocultando” me quede de pie frente a su cama, me sentía dudosa, pero era mi oportunidad, no había nadie en casa, con paso firme me agache y agarre esa caja misteriosa, mi corazón volvió a latir tan rápidamente que me asombraba que aun estuviera viva.
Abrí la caja y mi corazón se paró, en un costado de la caja habían muchas fotografías en el otro extremo había otra caja más pequeña color cobre, pero esta estaba sellada con un candado, tome las fotografías, en la primera estaba un bebe rubio muy sonriente, sus ojitos azules brillaban con tanta intensidad, abajo estaba escrito:
“Nathan 1997, en sus cinco meses de nacido” abrí mis ojos al leerlo, ¡Era Nathan! Bueno ahora explicaba su parecido, en esta foto realmente parecía un angelito, pase a la siguiente y esta foto me desconcertó, estaban dos esposos abrazados, ambos eran rubios, el señor tenía los ojos verdes y era una copia adulta de Nathan (era demasiado guapo como para existir) a su lado estaba una señora muy hermosa, su cabello era largo y rubio y sus ojos eran azules, exactamente iguales a los de Nathan, en medio de ellos estaba un niño rubio con una sonrisa tan grande que ya no le cabía en el rostro, en la descripción decía
“Nathan 2002, a sus cinco años de edad” ¡Cielos era Nathan de nuevo! Este niño sonriente lleno de vida era Nathan, mire más de cerca la fotografía, esa sonrisa…Esa era una autentica sonrisa, una sonrisa que nunca he logrado observar en Nathan hasta ahora, ese niño tan alegre, y lleno de vida, no se parece en nada al niño amargado y solitario que conocí cuando tenía seis años.
Pero…Si ese era Nathan… ¿Quiénes eran esos señores? ¿Por qué se parecían tanto a Nathan? Quien no lo conociera, pensaría que ellos son…sus padres… ¡¿Pero qué dices Annabell?! El padre de Nathan es mi tío Frank…pero entonces… ¿Por qué no aparece en ninguna de las fotos? ¿Por qué estos señores se parecen tanto a Nathan? Mi tío Frank y Nathan son completamente diferentes. Mis pensamientos giraban y giraban dentro de mi mente, formulando más preguntas, hasta que mis manos se posaron en un anuncio de periódico situado bajo las fotografías.
“Enero 16 del 2004, Un tráiler impacta a un automóvil, matando al instante una pareja de esposos”
Mis ojos se abrieron en la confusión, ¿Por qué Nathan tiene esto? Baje mi mirada para leer el contexto del anuncio pero unos pasos apresurados subiendo las escaleras me interrumpieron, guarde todo rápidamente y lance la caja bajo la cama, camine hacia la puerta, pero esta se abrió golpeándome en la frente.
-¡Ay!—exclame sobándome mi cara.
-Lo sien…--La voz se calló y observe quien era, Nathan--- ¿Qué haces aquí?—pregunto achinando sus ojos observándome
ESTÁS LEYENDO
" -¿Promesa? -Promesa"
Humor-¡Más te vale que me bajes en este instante!-Le volví a gritar a Nathan furiosa mientras pataleaba por soltarme ya que me tenía cargada en su hombro -Está bien-dijo con sencillez y me tiro al piso sin compasión -¡Qué demonios pasa contigo!- Le grite...