Propuesta.

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El grito desesperado de Mael llamó la atención de los arcángeles tampoco podían creer lo que venían el hijo de la Deidad suprema estaba siendo derrotado fácilmente.

Meliodas dedujo que era su final Zeno le apuntaba con una espada lo único que pasaba por su mente aquellos ojos azules de Elizabeth se lamentaba no podría volver a ella como siempre se dicen quizás debió escucharla y quedarse en el bosque del Rey hada, este era su final y lo afrontaria, su débil respiración era indicio que estaba muriendo sintió frío ya estaba listo para el golpe de gracia.

Mael vio teñirse de sangre el rostro de Meliodas, algunos de los clanes se detuvieron por lo que sus ojos presenciaban no podían creerlo.

El cuerpo de Meliodas cayó al suelo, Zeno cayó de rodillas frente a él, con pesadez abrió un poco sus ojos verdes y se impacto al verle el mandamiento había sido decapitado, al caer Zeno presenció lo que tanto temía Elizabeth envuelta en sangre y con lágrimas en los ojos.

Elizabeth al ver que le darían el golpe de gracia a Meliodas, dejó su pelea a un lado y voló rápido a ellos, en su paso algunos clanes se le opusieron y con su espada desesperada se abrió paso, tenía que llegar su única alternativa fue decapitar al mandamiento, su sangre tiñio el rostro de Meliodas instantáneamente cayó el cuerpo del rubio.

Los clanes no podían creerlo ella atacó a los suyos, Mael se alertó probablemente sea traición a Meliodas y ella quiera matarlo por su propia mano, descendió de los cielos veloz tenía que impedirlo.

Meliodas abrió sus ojos y admiro a la mujer albina que caminaba despacio a él sus ojos eran azules y se empapaban, se inco ante él y lo abrazo.

— Se que dijiste... Cof.. Cof... Que me mantuviera lejos pero tenía que ayudarlos Cof.. Cof

La sangre no paraba de salir de la boca de Meliodas y su respiración agitada y lenta era anormal, Ella lo soltó acariciaba su rostro dañado.

— Esta bien es tu clan— se apartó de él y tomó la lanza un grito de dolor dio Meliodas, Elizabeth había retirado la lanza, él se dejó caer una vez más ella camino y retiro las de sus pantorrillas, sus gritos no podían ser más desgarradores Elizabeth lloraba nunca pensó ver en esas condiciones a su amante volvió a sus brazos y le dio un pequeño beso.

Los clanes no entendían que pasaba están desconcertados, todas las miradas estaban puestas en aquellos que se besaban.

Mael camino despacio hacia ellos, Meliodas se desmayo en brazos de Elizabeth, acariciaba los cabellos rubios alzó su mirada y con lágrimas en los ojos fijo su mirada en Mael.

— Ayúdame, llevatelo, por favor— Mael no podía creer los que presencia una Elizabeth temorosa ¿donde había quedado la mujer tenebrosa?

— ¿qué le paso? ¿Estará bien?

— Solo llevalo con el Rey Hada él sabrá que hacer— Mael lo tomó y miró el orizonte plagado de demonios— Yo les abriré paso llevatelo.

Elizabeth tomó firme su espada sabia lo que estaba apuntó de hacer sería considerado traición sin embargo le importaba más la salud de Meliodas, comenzó una masacre contra su propio clan, los demonios se lanzaban contra Mael que sólo se consentraba en sacar a Meliodas del lugar, Ludociel con Nerobasta anunciaron la retirada, Stigma se fue y los mandamientos no comprendían su comandante y candidata al trono había matado diestra y siniestra a sus compañeros por uno del Clan de las Diosas.

En la Torre de Stigma Gloxinia sanaba las heridas de Meliodas.

— Hermano por qué no reacciona? — Gerheade tomaba la mano de Meliodas, mientras Mael estaba recargada en la puerta seguía en shock, escucho unos pasos y una presencia oscura, Elizabeth estaba entrando a la habitación sus ropas desgarradas y manchada de sangre por todas partes no se notaba si era suya o de otros.

Amor Vedado... 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora