Glamour: La Vida Secreta De Una Estrella

Capítulo 14.

—Ana, ¿Por favor?

—Ya te dije que no, Luke. No puedo mudarme todavía porque esa odiosa chica quiere quedarse con mi... Con el papá de mi bebé.

Sawyer resopla.

—¿Piensas quedarte por celos? ¿Estás celosa de la vecina? —se ríe.

—¡Si! ¡Siento celos de ella!

Las cejas gruesas de Luke se arrugan con una mueca.

—¿Y eso te hace feliz? ¿Por qué carajo sonríes?

¿No lo entiende?

—Porque es la primera vez que siento celos reales, de alguien. No solo porque le dieron un mejor papel, o me ganó una audición, o porque lleva el vestido que yo quería. ¡Esto es real! ¡Me siento viva!

—Ay, mierda. Estás loca, eso es lo único real, Annie. ¿No te da miedo perder a Christian?

—¡Si! Por supuesto, pero voy a luchar por él y por nuestra pequeña familia.

—Yo sigo creyendo que estás loca. —encoge los hombros y se deja caer en el sofá de la sala de los Grey—. ¿Querías ser una chica normal? Lo lograste... Bienvenida al drama adolescente.

—No soy una adolescente, tonto. Y es mi vida, esto está pasando de verdad.

—Si, si, felicidades... —me hace una seña con la mano para que me vaya—. Avísame cuando te canses de jugar a la chica normal y quieras que me deshaga de la rubia.

Uy, ¿Él sería capaz de hacer eso por mi?

Seguro que si.

Lo dejo ahí y vuelvo a la cocina donde Christian sostiene a Ray, tratando de alimentarlo con el biberón.

—No quiere comer, —dice cuando me acerco—. ¿Qué hago?

—Siéntate, no le gusta tomar el biberón mientras estás de pie.

Sus bonitas cejas se fruncen.

—¿Cuál es la diferencia?

—No lo sé, solo hazlo.

Christian se sienta en una de las sillas y beso su mejilla antes de servirme una taza de café. Es temprano en la mañana, con frío ligero y lluvia, pero eso no impide que los paparazzis estén aquí.

Carajo.

¿Cómo se supone que viva mi vida si ni siquiera puedo salir al jardín sin ser fotografiada? No es la vida que quiero para mi hijo, pero tampoco quiero renunciar a mi carrera.

Cuando el bebé termina el biberón, Christian se levanta con él.

—Lo llevaré arriba e intentaré hacerlo dormir.

—Bien. —lo veo salir al mismo tiempo que Mía entra a la cocina.

Se dirige al refrigerador y toma un plato con pay de queso, dejándolo en la barra. Una oportunidad. Si quiero saber más de la rubia roba novios, necesito una aliada.

Una aliada que esté en deuda conmigo.

—Se ve delicioso, —me acerco—. ¿Te importa si corto un poco?

Me mira con el rostro sonrojado y asiente, todavía avergonzada por esa foto que tomó sin mi consentimiento.

—Adelante.

Me siento a su lado con mi té y corto un trozo, no sé dónde lo compró Grace pero sabe delicioso y tengo qué pedirle a mi chef personal que consiga la receta.