Confinadas: Brooke visita la granja

Capítulo 2

Brooke

Jonas se detiene el auto frente a la casa y yo salgo de inmediato. No espero a que apague el motor para salir corriendo al encuentro con Bobby que también se baja apresurada del caballo. Corro hacia ella y veo que abre sus brazos esperándome. Cuando nos encontramos nos envolvemos en un fuerte abrazo en el que podríamos quedarnos todo el día.

—Hola —Susurro en su oído— Te extrañé.

Nos separamos y nuestras miradas se encuentran.

—Yo también.

Bobby acaricia mi mejilla y yo no puedo esperar más. Me lanzo en busca de sus labios y ella responde. El cosquilleo en la entrepierna aparece y de nuevo me convenzo en que la distancia es demasiado para mí.

—Te quiero —Susurra Bobby cuando nos separamos.

—También te quiero —Respondo y de nuevo la abrazo.

—¡Hey, Bobby! ¿Me dejarás conocerla o no?

La voz gruesa nos sorprende y giramos hasta la casa donde un hombre mayor con una amplia sonrisa agita su mano. Es el padre de Bobby. Al lado, Jonas mira encantado el paisaje y mi madre analiza las flores del jardín instalado a un lado.

Bobby me toma de la mano y ambas caminamos hasta el encuentro con los demás.

—Papá, ella es Brooke —Bobby hace las presentaciones y noto que está nerviosa.

—¡Finalmente nos conocemos! —Responde mientras me abraza.

—Es un placer conocerlo, señor.

—Dime Roberto.

—Muchísimas gracias Roberto por recibirnos —Decir el nombre me intimida un poco, pero él asiente con gusto— Ella es mi madre Alicia y Jonas, mi hermano.

A ellos también los saluda con un efusivo abrazo y se ofrece a cargar la maleta que hemos traído. Entramos a la casa y si la fachada me ha sorprendido, el interior aún más.

La casa principal de la granja es de dos plantas, construida en madera de roble y conservando el color castaño del árbol. El porche es amplio y rodea toda la casa, pero solo el frente tiene barandas adornadas con flores de trinitarias. En el interior todo es de madera también. Es una estancia acogedora de concepto abierto en donde la sala de estar y el comedor están en el lado izquierdo. Del otro lado hay un umbral que lleva al estudio y al fondo está la cocina.

—Wao —No puedo evitar expresar mi sorpresa. Bobby a mi lado sonríe y sujeta con más fuerza mi mano.

—¿Qué tal quedó?

Hace un mes, cuando decidí que venía a pasar la navidad con ella, Bobby estuvo los siguientes días dándole vueltas a las decoraciones de la granja. No se esforzaban mucho; solo colocaban el árbol y algunas luces en las ventanas. Sin embargo, ahora en cada esquina hay algo que ilustra la navidad; el mantel del comedor, las luces de la ventana, las guirnaldas en la escalera, ¡el enorme árbol de la esquina! Incluso creo que el tapiz rojo de las sillas es nuevo.

—No tenías por qué...

—Sí, si lo valía.

Subimos por la escalera que divide el primer piso y llegamos directamente a otra sale de estar con un lindo ventanal de fondo. A los extremos hay dos pasillos que llevan a las habitaciones. Roberto guía a Jonas a su habitación y Bobby le muestra la de mamá.

—¡Oh pero santo Dios! ¡Mira esto! —Mamá camina por todo el cuarto examinando el colchón y asomándose por la ventana— ¡Brooke, mira! ¡Veo las gallinas!