Muérdago

352 59 26
                                    

Quiero dedicar este one-shot al grupo de "Sheenistas". Gracias por incluirme aún más en el fandom. Son fantásticas ❤ felices fiestas!

______________________________________

La librería jamás se había visto tan hermosa.

A lo largo de los años, Aziraphale había juntado una gran cantidad de adornos navideños.
Esferas, luces, estatuillas, guirnaldas y cuanta decoración pasara por sus manos; todo iba a parar a las paredes de su hogar en las fechas de diciembre, cuando afuera nevaba y el ambiente se tornaba helado, perfecto para una taza de chocolate caliente.
Al ángel, como a los demás, le encantaba, aunque muchas veces había pasado las fiestas sólo.

No siempre.
Algunos años había conseguido amigos, o incluso fiestas en donde había conocido gente agradable para brindar. Pero a la mañana siguiente despertaba sin ningún regalo bajo el árbol, ni nadie a quien felicitar. Y aunque el resto del año no le importaba demasiado su soledad, navidad tenía algo especial, que lo llamaba a reunirse con las personas.
Las familias se juntaban alrededor de la mesa, disfrutaban de una cena, e incluso los amigos cercanos pasaban a saludar, para beber algo y reír a  carcajadas a causa del alcohol.
Los humanos, a diferencia de él, eran efímeros, por lo cual amaban a los demás con gran sentimiento, y para ellos era importante pertenecer a algún lugar, y tener a otras personas para amar y para ser amados.
A diferencia de él, los humanos sabían que iban a morir, y por eso aprovechaban la vida al máximo, y no dejaban nunca una fiesta de lado.
Quizás por eso le dolía más que otros días estar sólo en navidad.

-¿Aquí está bien?

La voz de Crowley lo alejó de sus pensamientos. El demonio estaba colocando la estrella del árbol, con un poco de vino derramado sobre su suéter, y unas astas de reno en su cabeza.
Se veía adorable, y el ángel sabía que lo hacía por él.

-Un poco más a la derecha -le sugirió.

Crowley movió el adorno hasta que estuvo satisfecho, y luego bajó de la pequeña escalera para mirarlo de lejos.
Había quedado perfecto.

-¿En qué piensas?

Aziraphale sonrió.
El pelirrojo siempre sabía cuando algo estaba ocurriendo en su mente, y aquel gesto lograba derretir sus preocupaciones.

-En nada, querido, es solo que... -suspiró, mirándolo a los ojos. -Me encanta tenerte aquí, eso es todo.

Crowley se sonrojó.
Había jurado hacer un esfuerzo por el ángel, a pesar de que aquella época lo deprimía. A diferencia de su compañero, él sólo podía sentir la tristeza de las familias que extrañaban a algún ser querido, la soledad de los marginados y el odio de las personas, y todo aquello se incrementaba en fechas importantes como aquella.
Sí, había gente feliz, pero también habían niños que pasarían navidad solos en orfanatos, personas que estarían con frío en la calle, animales que sufrirían... Y era difícil olvidarlo.

-Lo sé... -le dijo Aziraphale al demonio, luego de ver su rostro convertirse en una mueca de dolor.

Habían hablado sobre aquello, sobre todo, pero habían decidido intentarlo.
Era su primera navidad juntos después del fallido armagedón, libres.
Debían intentarlo.

-¿Qué quieres hacer ahora? Puedo leerte un libro, ¡o podemos hacer galletas! -exclamó el rubio con emoción. -O podemos ir al parque si quieres, ¿eso te gustaría?

-En realidad, creo que prefiero quedarme aquí. Allí afuera hay demasiadas... personas -concluyó.

El ángel entendió perfectamente y le regaló una dulce sonrisa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 26, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Muérdago Donde viven las historias. Descúbrelo ahora