Síntesis

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Pretendía empezar de cero, pero su rostro en mi mente lo impedía. Debió ser un capricho adquirido por diversas razones. Quizás fue que todas mis amigas, empezaron a tener pretendientes o novios, ser violinista era común para mi. También puedo culpar a las hormonas de la adolescencia. Posiblemente el responsable de mi sentimiento fue la convivencia juntos, ser vecinos y amiga de su hermana era mi desventaja. O el gesto que hacía antes de sonreír, lo presencie en tantas ocasiones, memorizándolo completamente hasta que soñaba algún día me lo dedicara a mi. Sus distintos tonos de voz al expresarse, era cálido conversando con su hermana, apacible con su madre, juguetón con aquellos que llama amigos y carismático frente a la chica que le gusta, pero ninguno utilizado conmigo.

Fantaseé incontables veces con que sus labios pronunciaran mi nombre con intriga o cariño, pero nunca sucedió, porque no importa en cuantas paradas, pasillos y clases nos topáramos, reconocerme jamás fue relevante para él. Sencillamente su cerebro no lograba guardar mi nombre ni o presencia en su sistema.

Vivía mal, engañándome constantemente, justificando aquella conducta. Ahora comprendo que idealizar puede influir en el sentimiento "amar" de una forma detestable, deplorable y dolorosa.

Es un camino largo, tortuoso, lleno de caídas. Soy ciega, haciéndome daño. Hay muchas veces que odio mirarme al espejo, ofendiéndome y culpándome, es incontable los momentos donde repudio mi personalidad, mi esencia. Todas esas cualidades que me hacen ser yo misma... por no gustarle a alguien.

Sí, me lastimé de infinitas maneras, me destruí.

¿Me veras renacer?

A la perfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora