Brooke
No importa las veces en que mi madre me lo diga, o Jonas o incluso el padre de Bobby, nada me hará quitar esta culpa que cargo. ¿Cómo es que fui tan descuidada? ¿Cómo es posible que no me diera cuenta de que algo no andaba bien? No he dejado de sollozar y creo que estoy empezando a preocupar a Roberto. Mi madre le ha dicho que todo está bien, pero veo que trata de hacer cualquier cosa para hacerme sentir mejor. Igual que Bobby, que ha sacrificado su salud por el tiempo conmigo en esta navidad.
Los cuatro estamos sentados en el recibido del segundo piso. Escuchamos pisadas y corremos al pasillo a esperar a la pareja de médicos que sale de la habitación de Bobby con semblante tranquilo. Bueno, creo que eso es una buena señal. Luego del desmayo de su hija, Roberto llamó de inmediato a Maurice, un amigo médico que los ha atendido a ellos desde siempre. Es un tipo calvo con bigote gris. Lo acompaña su hija, Melissa, una chica de estatura mediana de cabello corto rubio quien, claramente, ha seguido los pasos de su padre.
—¿Cómo está, Maurice? —Pregunta Roberto.
—Estará bien. —Responde el medico con tranquilidad— Son solo secuelas del virus. Me dijo que ha estado durmiendo poco porque se agita con facilidad. Sabemos que el virus ataca las vías respiratorias y bueno, quizás quedó algo de eso.
La pareja de médicos está vestida de civiles, Maurice carga un maletín mientras que su hija tiene el estetoscopio colgado alrededor de su cuello y yo siento que es solo por presumir.
—¿Estará bien? —Pregunto y el hombre asiente.
—Ya sabes cómo es Bobby —Interviene Melissa— Demasiado terca como para contarlo. Quiso creer que podía manejarlo y bueno, ya sabemos que pasa. Como la vez en que no dijo nada del resfriado antes del viaje escolar. —Ella se ríe— La pasó muy mal.
Roberto comparte con ella una risa, pero yo me mantengo demasiado seria.
—Justo por eso... —Retoma Maurice— Es que deben estar atentos con ella. Ahora solo fue cansancio y por eso se desmayó... pero si las secuelas persisten, hay que intervenir.
—¿Intervenir cómo? —Doy un paso adelante con curiosidad.
—Quizás dar terapias de respiración... —Aunque le hago la pregunta a Maurice, quien responde es su hija. Ugh— No se sabe, todo depende de cómo esté evolucionando.
—¿Podemos verla? ¿Debemos hacernos la prueba otra vez? —Me doy cuenta que Roberto empieza a evidenciar su preocupación.
—Ella se hizo la prueba hace unas semanas, Roberto.
Al escucharlo, se me cae el alma al suelo.
—Resultó negativa, tranquila —Procede el hombre al verme. ¿Muy expresiva? Creo que sí— Tenemos la teoría de que realmente si son secuelas. Es muy difícil creer que se haya infectado de nuevo si solo ha estado aquí en la granja.
—¿Tu eres Brooke? —Melissa me señala y a mí no me gusta para nada que lo haga, pero asiento.
—Sí, es su novia.
Es Roberto quien completa la frase y yo siento que me sonrojo. Casi que exploto de alegría que él lo haya dejado claro.
—¿Y has presentado algún síntoma durante estos meses?
Quien responde es mi madre, porque yo estoy demasiado ocupada marcando mi territorio como novia de Bobby ante las miradas que la joven médica me está dedicando.
—No, Brooke no ha presentado nada —Dice mi madre.
—Muy bien.
Maurice le extiende un papel a Roberto y le da las explicaciones sobre el cuidado de Bobby: Prohibidas las duchas y paseos nocturnos. Debe mantenerse abrigada y tomar bebidas calientes. Le receta algunas pastillas y si le da fiebre, debe avisarle de inmediato.
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Confinadas: Brooke visita la granja
Storie d'amore*ESPECIAL NAVIDEÑO DE MI HISTORIA PRINCIPAL: CONFINADAS* Han pasado tres meses desde la estancia en la cabaña. Bobby y Brooke superaron el virus un mes después y pudieron retornar a sus vidas con el nuevo reto de una relación a distancia. Para navid...