Disclaimer: Sword Art Online (SAO) es propiedad de Reki Kawahara y sus asociados. Esta obra fue hecha sin fines de lucro.
Este fic pertenece al evento #MeriiKuriSAOmasu20 que organizó @SAO_Fickers.
¡Gracias por hacerlo!
Frase: Navidad Virtual.
MERRY XMAS!
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Across glass
Los copos de nieve caían sobre sus negros mechones, los cascabeles dorados en las astas de los renos tintineaban sin parar acentuando los movimientos bruscos de los imponentes animales.
Si Kirito alzaba la vista podía ver las luces polares dando uno de los mejores espectáculos, uno que ni las grandes computadoras emuladoras de RATH podría lograr.
La nieve le cubría hasta las rodillas, pero el peculiar traje verde con rayas rojas que usaba evitaba que el frío le calcinara piel. Trató de caminar hasta la casita de madera que había unos metros a lo lejos, pero el pesado manto blanco se lo impidió. ¿Qué tan profunda y densa debería estar la nieve si no podía sacar sus pies?
Haciendo uso de toda su fuerza, forzó sus músculos a salir y cuando el ardor típico comenzaba a aparecer su pie derecho fue liberado. La curiosa bota verde y puntiaguda que usaba estaba espolvoreada de fina nieve que humedecía el calzado.
Con una extremidad fuera le fue más sencillo sacar la otra y cuando sus dos pies estaban libres Kirito notó con extrañeza que todo le parecía extrañamente grande. Los pinos, los renos en un establo y hasta un trineo tradicional que había por ahí.
Un copo de nieve le cayó directo en la nariz haciéndolo estornudar al instante, su cabeza se movió y con ella un sonido metálico vino. Con extrañeza se palmeó la cabeza notando al instante un pequeño gorro con un cascabel en la punta.
"¿Qué diablos?"
Él nunca se vestía tan navideño. A su novia le gustaba disfrazarlo de todo lo posible así que mansamente aceptaba usar cosas extrañas, pero un cascabel en la cabeza era demasiado para él. Además, la navidad no le gustaba porque había mucha gente.
Decidió caminar hasta la cabaña que humeaba por la chimenea y se dio cuenta que en realidad la casa estaba más lejos de lo calculado. Se giró para ver la distancia recorrida, pero lo que aseguraba ser al menos diez metros no eran más que dos y tanto, las pequeñas huellas en la nieve eran testigo.
"¿pequeñas?"
Observo sus pies y repentinamente se sintió enano. Fue cuando se dio cuenta que en realidad era un enano, que veía todo tan grande porque él era muy pequeño.
Asustado tocó sus orejas notando lo puntiagudas que eran y con un brinco comenzó a correr hasta la casita.
¿Dónde estaba? ¿Dónde estaban sus amigos? ¿Dónde estaba Asuna?
Más importante aún, ¿por qué era un enano?... no, era un duende, uno navideño, pero ¿por qué?
Con la desesperada carrera y sus cortas piernas, le tomó un puñado de minutos llegar hasta la gran puerta de madera oscura para comenzar a tocarla desesperado.
—¡Voooy! — una voz nasal respondió a sus toques desesperados. —Hoho, ¡pero si es Kii-boy! Date prisa o te quedaras sin ponche de navidad. —otro duende vestido de rojo y verde, con el cabello amarillo y bigotes pintados en la cara le sonrió con suficiencia.