Sleep Well My Bocchan

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Así termina nuestro contrato, increíblemente me siento tranquilo, me siento en paz, una que nunca en mi corta existencia sentí. Demonio, me siento feliz de poder cumplir mi parte del trato.
Una bruma negra en la que se divisan algunas plumas y la elegante silueta de mi mayordomo lo envuelve, derrepente estira una de sus manos hacia mi, yo sin dudar la tomó y él me levanta en sus brazos.
¿Soy el único que conoce totalmente tu verdadera forma?, debo decirlo, así me gustas también.
Extrañaré tu "Oyasuminasai bocchan", extrañare tu voz y tu presencia, simplemente este es el fín y debo resignarme a ello.
El tiempo que pasé a tu lado fue maravilloso, no lo cambiaría por nada en este mundo, ni siquiera mi alma. Prefiero mantenerme contigo o dentro de tí como tu alimento, aquel que cuidaste y cocinaste a fuego lento para que estuviera en su punto exacto a la hora de comer.
Mis brazos rodean tu espalda y recuesto mi cabeza sobre tu hombro mientras vuelves a esa falsa forma, aquella de la que sin quererlo me enamore perdidamente.
No se cuanto tiempo caminaste sin rumbo hasta que llegamos al lugar más bello sobre la tierra, te lo agradezco estás preparando todo para darme una muerte hermosa, nunca creí ser digno de merecerla, pero para mí es un gran detalle, estoy muy agradecido por ello.
Me dejaste sentado sobre el pasto y luego te arrodillaste frente a mí con una extraña sonrisa, me atrevería a decir que calidad y tu mirada tierna.(?
-¿Hay algo que desee usted antes de terminar?-
Oigo tu pregunta, si este es el fín no me quedaré con la duda, esa que me aqueja prácticamente desde que nos conocimos, ¿como es el sabor de tus labios?.
Una de mis manos se dirige a tu camisa y te jalo de ella para dejarte a mi altura antes de acercarme y por fín besarte. Te sorprendiste, tu falso cuerpo humano no pudo esconderlo, sin embargo tus labios se mueven lentamente sobre los míos mientras que una de tus manos se posa en mi cadera y la otra en mi nuca haciendo más profundo aquel dulce contacto al menos para mi lo es, mi brazo libre se posa detrás de tu cuello para acercarte a mí.
El oxígeno comienza a faltar pero no quiero separarme de tus labios, esos que jamas  volvere a probar.
Sin poder evitarlo unas lágrimas abandonan mis ojos, justo ahora debo verme patético para tí.
Al notar mis lágrimas te separas, ¿por qué? Justo cuando más te disfruto.
Al abrir mis ojos me topo con una mirada comprensiva y juraría que cariñosa, con tus enguantadas manos limpias las lagrimas que hay en mis mejillas.
-Todo va a estar bien no tengas miedo.- susurras en mi oído antes de volver a besarme mientras me recuestas en el pasto.
Mis brazos se enredan alrededor de tu cuello, quiero tenerte tan cerca como sea posible.
Tus manos ahora desnudas acarician mi rostro sonrojado.
Al separarte de nuevo me miras con una sonrisa antes de retirar el parche con tu mano izquierda y juntar nuestras marcas, el sello del contrato, aquel que maldije en algún momento pero que ahora agradezco haber hecho contigo aunque duela el que llegue a su fín.
¿Qué es lo que pasa? En tu rostro se refleja algo de duda, ¿por qué?, ahora no queda nada más que comer, hiciste tu parte del trato y ahora yo haré la mía.
No pongas esa cara, si eres tu todo esta bien, por más doloroso que esto pueda ser.
Intentando parecer duro con tu mano derecha tomas mi cuello apretando.
Duele, pero procuro no quejarme, no quiero arruinar tu cena.
Con lágrimas en los ojos me sueltas, apenas y puedo respirar sin embargo mi mano se dirige a tu rostro para acariciar tu mejilla.
-No puedo matarte Ciel.-
Tras escucharte decir eso tus manos se posan en mi espalda y me ayudas a quedar sentado sobre tí antes de besarnos...Sebastian, no hagas eso no rompas el contrato, por favor no me alejes de ti.
-Aún me pertenece tu alma, hagamos otra cosa.-
Tras decir eso uniste de nuevo nuestras marcas, un brillo descomunal nos envolvió por un momento...después de eso no hubo más que dolor por un momento. Estoy seguro que mi grito se oyó en todos lados, aunque no tengo idea de en dónde estamos.
Todo se volvió borroso, mi respiración se volvió lenta pero dolorosa, mi cabeza se siente extraña, como si quisiera explotar.
Una sonrisa adorna tu rostro, al alejar tu mano de mi veo que sangra y sangra bastante, con un movimiento de tu lengua  limpias la sangre antes de volver a besarme.
Con mucho trabajo correspondo aquel contacto, siento el sabor metálico de tu sangre en mi boca el cual encuentro extrañamente agradable incluso diría que dulce.
Tras separarte de mí te pones de pie conmigo en tus brazos  mientras besas mis mejillas.
-Te amo Ciel.-
Oigo tu susurro. También te amo y quiero contestarte, pero mi cuerpo a cada momento se siente más débil.
Estás hablando mientras caminas pero yo no puedo hacer nada más que escucharte como un vegetal, pero no logro entender nada.
Apenas y puedo respirar, Sebastian mi pecho duele y se siente pesado, quiero abrazarte y poder besarte pero en este momento no puedo moverme mi cuerpo duele más a cada segundo.
¿Qué fue lo que me hiciste?
Duele mucho
No puedo respirar…
No puedo pensar…
No puedo oír…
No puedo…
Tengo miedo...
Mis ojos se cierran pesadamente, solo me perdí en la seguridad que me brindaron tus brazos...
...
No se cuanto tiempo dormí, mi cuerpo se siente mejor...pero ahora no se en donde estoy.
Sabanas blancas, telas que rodean la cama redonda del mismo color.
Sebastián, ¿en donde estoy?, ¿en donde estas tu?
Con algo de trabajo logro sentarme y observo el lugar. Al dejar resvalar las sabanas un poco veo que estoy con una especie de tunica muy corta de color blanco, por la ventana se cuela la luz del atardecer, ¿el eterno crepúsculo?
Unos segundo después la puerta se abre y por fín te veo, tan galante como siempre. Con pasos lentos te acercas a donde estoy y acaricias mi rostro un momento antes de separar mis labios con tu pulgar y besarme.
Es tan cálido, tan placentero, una sensación tan irreal.
¿Y si en realidad estoy muerto y esto es una ilusión?
Mi mano derecha se dirige a mi brazo izquierdo y lo pellizco muy duro, hasta hacerlo sangrar, si esto fuera un sueño no dolería ¿cierto?. Pues no dolió en lo más mínimo.
Tus labios se separan de los míos y me miras con una sonrisa antes de limpiar la sangre con tu lengua.
-No es un sueño, ahora tú eres parte de mí.- susurras en mi oído mientras me destapas completamente y me recuestas de nueva cuenta. -Te voy a demostrar que todo es real.-
Nuevamente te apoderas de mis labios, entre más pasa el tiempo volvemos el beso más hambriento y pasional.
Tus manos se deslizan por mis piernas y las acaricias a tu antojo. Mis manos tampoco pueden estar quietas y deshacer el nudo de tu corbata antes de sacarte la parte alta de la ropa dejando tu pecho desnudo. Mis dedos curiosos se deslizan y acarician cada milímetro de piel, tu piel de porcelana.
¿Soy parte de tí?, puede que eso explique el porque no necesito separarme a respirar.
Te separas de mis labios para encargarte de mi cuello primero algunos besos y lamidas que de un momento a otro se transforman en dolorosas mordidas, de las cuales me desquito con tus pezones apretandolos y jalandolos de un modo en el que arrancó algunos jadeos de tu boca.
¿Así jugaremos? Acepto tu reto.
Con una mano arrancas la túnica que me vestía dejándome totalmente desnudo. Te separas de mi y miras mi cuerpo de una forma tan lujuriosa que se supone que deberia apenarme, sin embargo me agrada quiero que me mires más, quiero que toques mi cuerpo, quiero que me utilices a tu antojo hasta que estés completamente saciado.

Sleep well my bocchan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora