5. Decepción y Desesperación

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Cada vez nos desesperábamos más, sin saber cómo reaccionar. El hombre extraño, con su arma en mano, nos apuntaba directamente. Mi corazón latía con fuerza, y sé que Carl sentía lo mismo. El miedo nos invadía y teníamos que armarnos de valor. Sin pensarlo, Carl se asomó, y el hombre reaccionó sacando un arma adicional. En un instante, lo empujé hacia atrás y lo coloqué detrás de mí, tratando de protegerlo. En medio de la tensión, le pedí a Carl que me cediera su arma, sabiendo que necesitábamos confiar el uno en el otro para superar esta situación. La discusión entre nosotros comenzó. Carl insistía en que podía manejar la situación y que no debía arriesgarme, pero yo sabía que era necesario actuar. La disputa creció sobre quién debía dar el paso crucial. Temía intentar quitarle el arma a Carl, pero la urgencia de la situación me empujó a hacerlo. En un momento de indecisión, tomé la decisión rápidamente, arrebatándole el arma y escondiéndola en mi ropa para no generar un ataque por parte suya.

Salí con precaución, sintiendo el peso del miedo mientras avanzaba, temerosa de un disparo que pudiera poner fin abruptamente a mi propia historia.

— ¿A quién estás buscando? – Grité, manteniéndome a una distancia segura, mientras él se encontraba lejos y yo no iba a acercarme ni un paso más.

— ¡Al hijo de puta que traicionó a mi gente! — Me apuntó con su arma— ¡¿Eres tú?!—

— ¿De dónde eras? ¡Por favor, baja el arma, no tengo nada! —

— ¡No! ¡Eres tú quien traicionó a mi gente! ¡Murieron todos porque llevaste a los caminantes!— En ese momento, me di cuenta de que hablaba del Basurero en el que estábamos antes.

— ¿Por qué haría algo así si vivía bien allí?— Empecé a sacar mi arma disimuladamente por si llegaba a suceder algo, mientras Carl me gritaba que volviera.

— ¡Porque eres una enferma! ¡Siempre generaste líos por tu estúpida depresión inventada!—

— Ni siquiera sé qué es lo que estás diciendo. Yo no tengo la culpa de lo que pasó. — Enfrenté la situación con calma, intentando razonar con él, aunque la tensión en el aire era palpable.

—¡Mentira! ¡¡Todo lo que dices son mentiras!!—

— ¡Porque eres una amenaza! ¡Siempre poniendo en riesgo a los demás con tus acciones! —

— ¿Amenaza? No entiendo a qué te refieres. Nunca he puesto en riesgo a nadie. ¿Por qué estás haciéndome esto? —

Dos personas del refugio comenzaron a acercarse al escuchar tantos gritos. Al verlo, muchos se desesperaron y empezaron a formar grupos, armándose para poder matarlo. Gritaban desde lejos una y otra vez que corriéramos, pero lamentablemente los escuché tarde. Fue entonces cuando, tras la advertencia de Carl acerca de los grupos que se aproximaban, reaccioné rápidamente y saqué el arma, apuntando en la dirección del peligro inminente. Tenía el arma lista para disparar, con el poco pulso que tenía intenté apuntar, pero cada vez temblaba más. Mis manos sudaban, y el frío metal del arma se sentía pegajoso entre mis dedos. Sentía mi respiración totalmente agitada, mi pecho me dolía a cantaros. Tenía muchísimo miedo y realmente no quería hacerlo, no podía; mi cuerpo no me lo permitía. Me mantuve en esa posición hasta que escuché un disparo, el cual generó un frío recorrido por todo mi cuerpo, y allí fue cuando pude accionar. Apreté el gatillo mientras sentía cómo mis piernas se aflojaban y la fuerza que hizo aquella arma generó que cayera directo al suelo. No había agarrado bien el arma y no estaba bien posicionada; además, la poca presión que me quedaba me jugó en contra. Matar caminantes era distinto, demasiado distinto. ¿Por qué pensaba que iba a poder? Quise ver a qué le pegué y si mi cuerpo no estaba herido, pero ese disparo no fue de él. Volví a retomar fuerzas e intenté pararme para dispararle, porque sabía que esto iba a tener que hacerlo en algún momento. Pero él ya estaba en el suelo, tocándose la pierna mientras gritaba de dolor. Me miró y fue en ese momento donde me protegí automáticamente, ya que él empezó a disparar. La tensión en el aire era palpable mientras las balas silbaban a nuestro alrededor, y yo intentaba mantener la calma en medio de la furia que se desataba.

Will All This End?  Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora