10. Capítulo Diez

176 13 0
                                    

—¡Ayúdame! —Exclamé con mucho dolor.

Estaba sudada, adolorida, confundida, y más adolorida.

—Es un proceso señorita —Dijo el robot.

—¿Qué pasa? —Entró Marcos.

Y yo nunca me había alegrado tanto por verle.

—Esta en alumbramiento —Dijo sorprendido.

—Ayúdame —Dije llorando.

Mi vientre se hacía cada vez más grande.

—Son dos —Dijo Marcos mirando mi vientre.

Me levantó de la pequeña silla de madera y me acostó en el piso.


La reina y el heredero —Dijo Acacia entrando en la habitación.

Marcos hizo algo raro y la empujó con el viento hacia afuera de la habitación.

—Vamos reina, yo la cuidaré —Dijo.

Tomó mi mano y junto con el robot nos teletransportamos a un lugar raro, no sé bien que era, pero lo bueno es que había una cama y pude acostarme, mi vientre no había dejado de estar iluminado por las extrañas luces, y había crecido mucho.

—El rey debe saber esto —Dijo Marcos.

—No, Matt no debe saber nada, él esta peleando por su reino idiota, déjalo en paz y ayúdame —Dije furiosa y no sabía por qué.

—La primera etapa, la furia —Dijo el robot.

—Dios mío mi bebe va a nacer —Dije feliz.

—La segunda, felicidad.

—¿Y si es un aborto? —Dije llorando.

—La tercera, tristeza.

—Ya no hay más etapas —Dijo Marcos.

—No tenemos al doctor para que la ayude —Dijo el robot.

—Yo lo haré.

—No sabes hacerlo.

—Sí sé.

Marcos se paró en frente de mí y me miró fijamente.

—Abra las piernas mi reina —Dijo.

—¿Qué? —Pregunté confundida.

—Abra las piernas.

Yo no las abrí, así que él con su poder me las abrió, sí, así como si nada.

—Como lo dije, son dos.

—¿Dos qué? —Pregunté.

—Dos herederos.

Marcos puso sus manos en mis ojos y yo sin saber como me quedé dormida, con la idea en mi cabeza de que tendría gemelos.

***

Desperté tiempo después en la misma cama, pero no sentía mi vientre crecido como antes de quedarme dormida, estaba plano, como estaba mucho antes de quedar embarazada, me asusté, me asusté mucho.

—¿Marcos? —Lo llamé confundida.

Marcos no respondía así que llamé más fuerte.

—¡Marcos! —Exclamé.

Marcos entró por la puerta de la habitación y me miró sonriendo.

—¿Donde esta mi bebé? —Pregunté.

Él se acercó a mi y tomó mi mano.

—Te llevaré donde ellos —Dijo.

Nos teletransportamos a una pequeña habitación, había una cama donde estaban ¿Mis hijos?

Poderes ElementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora