El infierno de Lilith| 2 | Completa

XV

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−Confié en ti... Creí que tú, que ustedes no me traicionarían, ¿acaso no confían en mí? ¿De qué les sirvo? ¿Solo quieren info...? –No podía calmarme, quería seguir gritando pese a que mi voz estaba demasiado gastada y ronca, esa amargura permanecía en mi garganta.

−Lilith, jamás sabes cuándo callar. −Fue Azael quien habló, pero Race quien cubrió mi boca para que dejara de hablar. A penas era capaz de moverme, puesto que me había rodeado con sus brazos, apretándome contra su cuerpo con una fuerza que era superior que la mía.

Y por primera vez, frente a ambos, sentí miedo.

Tenía miedo de que me lastimaran, incluso Race.

Ese sentimiento de terror se aferraba a mi corazón en cada paso en que él se acercaba hasta mí. No dejaba de resistirme, intentado alejarme de ambos, ¿eran ellos? ¿Por qué me hacían esto?

−Nos diste la información que necesitábamos –Esas palabras dichas por Race rompieron en mil pedazos mi corazón. No había ningún tipo de emoción en su voz, me trataba de la misma manera en que lo había hecho la primera vez. Presionó aún más mi cuerpo contra su espalda, uno de sus brazos enlazándose a la altura de mi estómago. Quería llorar, la impotencia era desbordante, era una verdadera pesadilla.

¿Qué haría? ¿Me lastimarían? ¿Por qué? ¿Por qué tuve que despertar y volver a esta horrible realidad? No, me arrepentía una vez más, toda sentimiento de calidez, esperanza, se habían esfumados completamente, deseaba volver a atrás, quería volver a ese momento donde era feliz, donde sabía que algún día todo terminaría pero no tan pronto como lo había hecho.

Quise culparme al creer en ellos, ¿pero había una razón para no hacerlo? Se suponía que éramos las víctimas, pero tal vez ellos, jamás me vieron así. Solo me consideraban una rareza que por su cuenta había decidido que jugaran con su cuerpo y mente, creían que tenía información aún más compleja de lo poco que sabía. ¿Acaso también pensaban que era una amenaza para ellos? ¿Solo me habían ayudado hasta que dijera algo que les sirviera en su retorcido plan? ¿De qué les servía exactamente si no había dicho nada sobre esa información?

<<Espera, eso es, tú no dijiste sobre esa memoria, ¿entonces por qué...? ¿Por qué me hacen esto? ¿Enloquecieron? ¿Enloquecí?>>

−¿Por qué me están haciendo esto? ¿Por qué jugaron conmigo? –Volví a gritar contra su mano, con frustración, las lágrimas cegándome aún más dentro de la oscuridad sofocante.

−No lo estamos haciendo, ¿no eras tú quien quería venir con nosotros? No tienes a dónde ir.

−No, no lo tengo, pero nunca quise, si nunca me hubieras despertado, enton-

−Entonces estarías muerta. Solo te diré una cosa, no somos los malos, ¿y tú?

−¿Q-qué? –Su pregunta me sorprendió de una forma que no podía creer lo que acababa de decir.

−¡Lilith! ¡Lilith!

Dejé de moverme al instante en que la voz de Race se superpuso con...

Su voz.

Miré hacia atrás, esperando ver aquella persona que me sostenía, pero no había nadie.

¿Lo había imaginado? Todavía era capaz de sentir sus brazos rodeándome, no podía moverme pese a que nadie me sostenía. Todo era imposible de comprender. ¿Por qué me pasaba eso? Cerré los ojos con fuerza, y  empujé mi cuerpo hacia abajo con las energías que quedaban en mi sistema. La potencia de mi acción al no ser sostenida por nadie, generó que cayera sobre mis rodillas, hiriéndome de tal manera que el dolor llegó a cubrir todo sentido y pensamiento. El viento que golpeaba con tanto vigor mi rostro, se detuvo en un segundo, aquellas voces de monstruos, de Azael y Race, amenazándome, odiándome, desaparecieron también, dejando solo una.