Estoy esperando a Emma con Zaid ya que se pusieron de acuerdo de pasar por mí como Zaid cumplió dieciséis a inicio de enero (no quiso que le hiciera una fiesta) ya sacó la licencia de conducir y como vamos en el penúltimo año de secundaria ellos no quieren que vaya en el bus escolar como lo hago habitual, dicen que por eso no me hago popular, pero mi madre aun no me deja conducir porque no tengo los dieciséis años que es la edad mínima para sacar licencia.
Son las 7:30 a.m. y estoy sentada esperando a los chicos en una banca que mi madre puso afuera de la casa.
– Llegan un poco tarde chicos –les digo poniendo los ojos en blanco.
– Tranquila cariño, te vas a poner vieja –me dice Zaid.
– Vale –susurro.
Y aquí vamos, entrando a nuestra primera clase que es francés. Emma nos está ayudando a Zaid y a mí para que su papá nos de clase ya que él es francés.
– Llegan un poco tarde chicos –dice la señorita Mary.
– Discúlpenos –le dije con la cabeza agachada.
– Está bien, siéntense que vamos a empezar con el examen de hoy. Espero que hayan estudiado bien. Todo está en francés el que no entienda alza la mano y yo iré hasta su asiento. ¡mucha suerte a todos! –nos dice ella con mucho amor.
– Muy bien chicos, se ha acabado el tiempo –asiente ella luego de 35 minutos.
Todas las clases han acabo. Salí con Emma y demoré más del tiempo acordado así que salí corriendo a donde Zaid.
– Casi te dejo Max te has demorado ¿Qué ha pasado? –pregunta él.
– Emma necesitaba mi ayuda en algo –le respondo con una sonrisa sarcástica.
– ¿Y Emma dónde está? –me pregunta intrigado.
– Se ha ido con su novio que vino de California a visitarla –le digo con la voz baja mientras subo al carro.
– ¿Pasamos por unos helados? –me dice.
– Vale –le digo pegándole en la pierna.
– Oye ¿aun sientes algo por Emma? –le pregunto mirándolo de reojo.
– No, ya la superé –me dice entre risas.
Realmente me alegra que eso haya pasado porque muchas veces sentía la tensión que había cuando estábamos los tres juntos y a veces no se dirigían la palabra. Siempre que pasaban por mi Emma me contaba que Zaid no le habla mucho y no respondía cuando le decía algo.
Nos bajamos del carro y entramos a la heladería Sugar Crem el dueño es el papá de Gael que va junto con nosotros en clase y él atiende después de salir de clase.
– Hola Gael –le digo mientras ojeo los sabores de los helados.
– Hola Maxi –responde él sonriendo.
Gael y yo nos conocemos desde niños, fuimos al kínder juntos y vivía a dos casas de la mía, pero se mudó antes de entrar a secundaria. Éramos amigos, pero al entrar a la secundaria cambió todo y más nunca nos volvimos a hablar, a veces lo extraño porque realmente éramos buenos amigos y hacía casi todo juntos, quizás algún día volvamos a hacer amigos.
– Oye Gael ¿No tenías entrenamiento hoy? –le pregunta Zaid.
– Si, pero mi madre ha tenido que ir al médico y no podía dejar la heladería cerrada –dice con un suspiro de tristeza. Los chicos de fútbol por lo general no pueden faltar a los entrenamientos porque les complicaría si el equipo ponía nuevas jugadas.
ESTÁS LEYENDO
Mi único y verdadero amor
Lãng mạnMax es una chica invisible delante de los ojos de los chicos, nadie nunca se ha fijado en ella como alguien para una relación amorosa, sino que la ven como una amiga, pero a ella eso nunca le ha importado ya que siempre ha estado enamorada en secret...