(Les dejo una obra maestra musical allá arriba, nomás pq se me antoja.)
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Dalia estaba haciendo lo que hacía cada clase, escuchar atentamente mientras toma notas mientras las demás chicas susurraban entre sí para no ser escuchadas por la profesora. Sin embargo, su clase se vio interrumpida por la directora, una amargada mujer de edad media; pero no venía sola.
Dalia observó como entraba con una peculiar chica. Tenía una apariencia de la típica chica rebelde que terminaba siendo o cambiada, o expulsada. Su corto cabello era profundamente negro, y estaba un poco descuidado. Su ropa era completamente negra y tenía detalles con mallas de red y cadenas plateadas. Su rostro estaba cubierto de maquillaje oscuro y llamativo, que contrastaba con su pálida piel, además de tener múltiples piercings por doquier. Era atractiva, Dalia pensó.
— Chicas, ella es Irene Ramos. Formará parte de su clase a partir de hoy, espero que la hagan sentirse bienvenida. —Se dirigió brevemente a la profesora— Hernández, te la encargo, ya mañana vendrá más apropiada.
La directora se retiró y todas las alumnas del salón comenzaron a platicar, la mayoría se reía discretamente y miraba a Irene, quien de su parte se veía desinteresada y hasta fastidiada. Su mirada se encontró con la de Dalia. En ese instante, Dalia miró a otra parte con su ceño fruncido. Irene sonrió.
— Bueno Irene, justo estábamos hablando sobre la revolución industrial, siéntate y dime si tienes alguna pregunta. —dijo la profesora.
— Tengo una pregunta, ¿Cómo se llama ella? —Irene señaló a Dalia, quien le dedicó una mirada nada amigable.
— Dalia Castillo, es nuestra mejor alumna. Podrías aprender algo de ella. — Irene se mordió suavemente los labios y Dalia le dirigió una sonrisa sarcástica.
Las clases siguieron con Irene sin prestar atención y Dalia distrayéndose de vez en cuando para mirarla. Pronto, las clases acabaron y era hora de que todas fueran a sus dormitorios, y eso fue lo que Dalia hizo luego de que sus clases de violín terminaran; excepto que, al llegar, la puerta de su cuarto ya estaba abierta. Al entrar se encontró con Irene sentada en su cama, justo al lado de la directora. El rostro de Irene ya no tenía ningún piercing puesto, y su maquillaje había desaparecido. Irene no se veía nada sorprendida.
— Profa De La Barrera, no la esperaba. ¿Se le ofrece algo? —dijo con una evidente confusión en su rostro.
— Dalia, he decidido que vas a compartir tu habitación con Irene. Creo que eres lo suficientemente madura y responsable para hacerte cargo de ella, estoy segura de que podrá aprender una mejor conducta de ti. —Dalia asintió con un poco de molestia, e Irene ladeó su sonrisa —. Bueno chicas, las dejo para que se acomoden, confío en tí, Dalia.
Dalia asintió nuevamente y la directora salió de la habitación.— Suerte no siendo expulsada —dijo Dalia en un tono sarcástico y se dirigió a su escritorio para sacar sus libros— Y por favor quítate de mi cama.
— Qué amargada, y yo que quería que fuéramos amigas —dijo Irene con una leve risa mientras se levantaba para dirigirse a su propia cama, donde estaban sus maletas.
— No durarás mucho aquí. Conozco tu tipo. Serás expulsada en unos cuatro meses.
— Que sean dos, princesa. —Irene sacó varios posters y comenzó a pegarlos en la pared al lado de su cama. Dalia solo torció los ojos y se devolvió a sus tareas.
— Yo también conozco tu tipo. La chica buena siempre es fácil de molestar o fácil de conquistar —dijo Irene. Dalia la miró, levantó una ceja y volvió a lo que hacía—. Pareces ser la primera —Irene sonrió.
Un par de horas después, el sol acababa de bajar e Irene había terminado de esconder sus pertenencias. Dalia terminaba sus tareas y se preparaba para su rutina nocturna. Tomó su ropa y justo cuando se preguntaba en dónde estaba Irene, esta salió del baño con su ropa cambiada. Tenía puesto su excesivo maquillaje nuevamente, y había enredado su cabello. Su cuerpo sólo estaba cubierto por un short negro, un brasier del mismo color, y encima de este una blusa de red; y en su mano llevaba una chaqueta negra. Claro, esto sin mencionar las numerosas cadenas que posaban sobre sus caderas, su cuello, y las que colgaban de sus orejas. Dalia sólo la miró con un poco de shock que falló en disimular.
— Sí, lo sé. A mi tampoco me gusta sin los piercings, pero es lo que hay, rubia. —dijo Irene mientras se dirigía a la puerta con una pequeña mochila.
— ¿A dónde crees que vas? No puedes salir.
— ¿Desde cuando sigo órdenes?
— ¿Crees que son estúpidos? No-
— Sí. —Interrumpió Irene. Dalia sólo prosiguió.
—No te dejarán salir entre semana sin un pase, y tu no tendrás ninguno pronto si sigues así.
Irene se detuvo y soltó un suspiro que expresaba fastidio. Caminó hacia la ventana y se puso su chaqueta.
— Odio este lugar. No te conviene delatarme —dijo Irene.
— No te conviene amenazarme. —Irene sólo rió.
— Te veo en la noche, princesa. —Dalia no respondió y entró al baño.
Nota de la autora: Holaa, este es mi primer libro así que xfa no me maten.

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Hablando del Diablo [FXF +18]
RomanceEn el estricto instituto femenil San Martín Caballero llega Irene Ramos, una completa rebelde sin causa. Su mundo girará cuando se entere de que su compañera de dormitorio es Dalia Castillo, la alumna modelo de la institución, quien parece fastidiad...