Âme Noire - Crónicas de Almas Errantes (Emisión)

Extra Rímini Van der Waals 4

(PdV Rímini)

Mis pasos torpes no ayudaban en esta situación, todas las criaturas estaban enzarzadas en el conflicto, mientras que nuestros compañeros caídos, aun no podría decir que siguen con vida.

No podía ver por otros, por mucho que quisiera ayudar, el impactó del ataque de Alista, afectó severamente mi cuerpo y a su vez, ayudar a otros significaría arriesgarla a ella.

No tenía tiempo para dudar, salí huyendo del lugar esperando encontrar ayuda, no parecía que alguno de aquellos que se quedaron atrás pudiera ser un apoyo, por el contrario, sus vidas estaban en un limbo dependientes de la ayuda de alguien más.

Garlad estaba aun vivo, pero no en buenas condiciones, mientras que la inconsciente Alista, no me dejaba lugar a detenerme.

Un estruendo se escuchó a lo lejos, sin embargo venía de la dirección contraria al enfrentamiento.

Al observar la situación, el grueso de nuestras fuerzas conjuntas, estaba avanzando al lugar.

Con esto incluso el marqués Du Nord se hizo presente, dio órdenes de asistencia y protección, mientras mis piernas comenzaban a fallar.

El alivio afectó mi cuerpo y la adrenalina que me mantenía en pie, ya dejó de hacer efecto.

Me sujetaron y el marqués tomó a Alista y al ver esa situación, mi consciencia comenzó a fallar.

...

Un sonido metálico no dejaba de sonar en mi cabeza, mi mente estaba muy perdida, no podía entender lo que estaba ocurriendo.

Al abrir los ojos, pude ver a un grupo armado el cual estaba viajando junto a mi.

Cuando mi cerebro comenzó a analizar la situación, comprendí que me estaban llevando en una camilla.

"¿Qué ocurrió?".

Un soldado a mi lado, al ver que había despertado, se acercó a hablar.

"Esa pregunta es la que quiero hacer ¿Qué ocurrió allí abajo? ¿Por qué no aguardaron apoyo?".

Mi mente estaba razonando lo que había ocurrido.

"Luego del colapso, no teníamos opción, nos acorralaron en más de una ocasión y la única forma de sobrevivir era avanzar, lo hicimos y luchamos, sabíamos que iban a llegar a encontrar nuestros cadáveres en ese lugar".

"Deberían haber aguardado, deberían haber mantenido su posición y esperar los refuerzos, pudieron haber arruinado el plan".

Su voz se había profundizado, era tal la presión que me comenzaba a aturdir.

"Si quieres castigarnos es tu oportunidad, un castigo es barato contra la muerte, no te preocupes, tomaré toda la responsabilidad, no podíamos permitir que nos mataran en ese lugar".

Sus ojos se afilaron, apretó sus dientes y chasqueó la lengua.

"No quedará así".

Se fue sin continuar sus reclamos.

Un ardor se aferró a mi ojo izquierdo.

"Claro que no quedará así, codicioso cobarde".

Por algún motivo lo entendía, su razón su reclamo es solo cobardía.

Podía ver sobre su cabeza, un miasma de distintos colores.

¿Esa es su verdadera naturaleza?.

Pensar en eso no resolvería nada.