Capítulo 47

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Pov Zev

Un mes antes...

Me reúno con Jeffrey en el medio del bosque, alejado de toda la estúpida civilización, para tener una charla cómoda con nuestros invitados. La noche nos abraza y me da la bienvenida. Miro mi reloj, medianoche. Los grillos cantan y Jeff tararea una canción que desconozco. Pude liberarme de Rory y Lexi, aprovechando esta noche perfecta para negociar.

—Me dijiste que serían puntuales. —me quejo.

El pelinegro levanta la vista y una sonrisa se forma en sus labios. Arqueo mi ceja buscando lo gracioso.

—Son policías, deben estar viniendo con cinco patrullas de refuerzo. Son cobardes. —ríe.

Me separo del árbol en el que estaba apoyado y sonrío al ver luces de linternas a unos metros de nosotros. Hago un gesto con la cabeza mostrándole a Jeffrey y este frota sus manos como un villano de dibujos animados.

—Este plan tiene que salir a la perfección. —la voz de Jeffrey suena como una amenaza.

—Si tienes la polla tan chica te puedes ir cagando leches de aquí. —le doy un leve empujón con mi codo —Pero te mataré.

Él suelta una risa más fuerte, llamando la atención de nuestros invitados.

—Sabes que no lo haré. —asegura. —Planeamos esto tanto tiempo, todo saldrá a la perfección. —saborea las palabras.

Los policías están más cerca y con Jeffrey nos acercamos a ellos. Hay tres policías a la vista y seguro hay unos diez más esperando una señal de ataque a las afueras del bosque. Coloco mis manos detrás de la espalda y hago una leve reverencia en modo de saludo.

—Oficiales, me alegro que hayan venido. —saludo.

—Pensé que no lo harían. —añade mi compañero.

Los tres, temblando del susto, no tienen intenciones de saludar. Sonrío al fin conocerlos en persona. Los he estudiado por años, sus rutinas, gestos y hasta que comen. El rubio, Jackson, no puede tener la linterna quieta. Es drogadicto, su mujer no lo sabe y se haría un caos si lo hace. El pelirrojo, David, alcohólico de primera. Su mujer murió hace años y si su hija se entera de que no puede dejar el alcohol, lo dejaría solo. Trágico. El último pero no menos importante, Phill. De ese maldito no sé casi nada, solo sé que vive en una casa solo y lejos de su familia. No pude encontrar mucha información sobre él. Lo cual es el más peligroso por ahora.

—Menudo lugar acogedor han elegido. —describe David.

Sonrío.

—¿Qué puedo decir? La oscuridad y yo nos llevamos bien.

—Nos damos cuenta. —comenta Jackson mientas apunta el cielo con la linterna.

Jeffrey da un aplauso haciendo que se sobresalen los tres. Aunque Phill lo trate de ocultar, no está tan nervioso como los otros dos. Mantengo mi vista fija en él, para buscar un movimiento o palabra en falso.

—Tenemos muchas cosas que discutir, muchachos. —establece Jeffrey.

—Claro que sí, —escupe Phill —como por ejemplo por qué no los llevamos presos y se acaba toda esta historia.

Chasqueo mi lengua.

—Porque saben que no saldrán vivos si lo hacen. —inclino mi cabeza. —Ahora escuchen nuestra propuesta. —digo entre dientes.

David asiente mientras apoya su mano en el estuche del arma. Me río y empiezo a hablar:

—Nosotros seremos ¿peligrosos? Sí. ¿Maniáticos? Tal vez ¿Tenemos el mejor ingenio del mundo? Por supuesto. —Camino empezando a rodearlos —Pero ¿Quién es la otra persona que la conocen y es peor que todo el infierno junto?

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora