Once Upon A Time...

o n e s h o t

Había una vez, hace muchísimos años existía un reino, era el reino más lejano de todos y más hermoso, con su rey liderando en compañía de su amada esposa y su pueblo formado por personas amables, quienes vivían en paz y unidad, dándole más color y calidad a aquel tan magnífico lugar.

Como ya se mencionó, todas las personas allí eran amables, se ayudaban unas a otras y la unión era muy fuerte, haciendo que el reino fuese más hermoso que muchos otros, no solo por su exótica naturaleza y animales si no por el amor que el reino tenía en sí.

El Rey y la Reina Kang tenían solo un hijo, a quien le habían dado por nombre Kang YooChan, este príncipe había sido dotado por el don de la belleza, humildad y valentía, muchas de las princesas de otros reinos habían escuchando bastante sobre este hermoso, amable y amado príncipe que vivía en aquel lejano reino que anhelaban el día en que pudieran conocerle y tener la oportunidad de casarse con él, incluso a las princesas que eran mayores y solteras les emocionaba que llegara el día en que se le fuese cedido el lugar al trono para asistir a su castillo y tratar de conquistar su tan hermoso corazón.

Éste príncipe no solo tenía una belleza exterior, no solo su rostro parecía la de un mismo ángel si no que su corazón era catalogado por los habitantes del reino como el más puro de todos, era valiente y un gran guerrero, siempre con la cabeza en alto y excelente portador de la espada, no tenía miedo de enfrentarse a nada, su actuar y humildad la relacionaban con la de un ángel ya que él era el primer príncipe antes visto que convivía con las personas del reino, quien decía que él no era superior a nadie, quien ayudaba a los más pobres y siempre mostraba aquella randiante y preciosa sonrisa a todos, su risa acompañada de su amabilidad emanaban una calidad como la de nadie más, no solo las princesas estaban enamoradas del príncipe si no que la mayoría de las chicas en aquel reino soñaban con casarse con él y formar una familia a su lado algún día.

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Pronto, llegó el día en el que el rey y la reina ya estaban bastante viejos para seguir con su reinado, así que el trono sería cedido a su único hijo por lo que le harían una convocatoria a todas las princesas de otros reinos para que asistieran al castillo y el príncipe decidiera a cuál de todas ellas desposaría.

“Kang YooChan...” Le había hablado su rey padre mientras la familia se encontraba en la cocina del palacio tomando su cena en una fría noche de Diciembre.

El aludido alzó la vista hacia quien se encontraba frente a él al otro extremo de la larga mesa, esperando a que siguiera hablando para poder escucharle con atención.

“Como ya sabes, tu madre y yo estamos viejos ya, es momento de que tomes tu lugar como rey y no solo eso, si no que también elijas a una princesa para casarte con ella, una princesa que te acompañará el resto de tu vida y que tome el lugar de tu madre”.

El pequeño príncipe asintió a cada una de las palabras escuchadas y con su mano en el centro de su pecho dijo:

“Será un honor para mí tomar tu lugar como rey, mi padre, buscaré una linda y amable princesa para que sea mi reina y juntos seguiremos liderando el reino”.

Auqnue6 YooChan sabía que eso no era realmente lo que él quiera tenía que hacerlo si quería que su reino prosperará, el rostro de su madre fue iluminado por una hermosa sonrisa, la cuál fue correspondida por el menor, quien mostró sus dientes haciendo que sus ojitos casi se cerraran por completo.

“Estoy tan orgullosa de ti YooChan, sin duda serás un magnífico rey y harás que nuestro reino crezca y sea mejor de lo que ya es”.

“Todo lo que ahora soy lo aprendí de ustedes madre, ustedes fueron quienes me guiaron y enseñaron todo lo que sé... También estaba pensando... ¿Por qué las princesas tienen que venir? ¿No sería mejor... Que yo buscara a la indicada? Es decir... Estamos acostumbrados a que las princesas vayan a donde el príncipe está... ¿Por qué no ir yo a buscar a la princesa que quiero?”