Según el diccionario de la RAE, metáfora significa: "Traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una comparación tácita, como en las perlas del rocío, la primavera de la vida o refrenar las pasiones".
Sin duda, la metáfora es una de las figuras literarias más usadas y se emplea para describir un objeto o acción de una forma que no es verdad literalmente.
¿Por qué las metáforas nos ayudan a contar historias?
Este recurso literario enriquece nuestros textos y los hace más fáciles de comprender. También apoyan la narración, dando intensidad a los hechos para enganchar al lector y darle sensaciones más profundas. En ellas se hace una comparación entre un término y otro, que se reemplaza de manera absoluta. Algunos ejemplos son:
-El tiempo es oro.
-Las nubes de algodón.
-El murmullo del río.
El uso de verbos enfatiza las emociones de los personajes. Decir "Las garras del tsunami se comieron mis sueños" suena mejor que decir "El tsunami se llevó mi casa".
También, utilizar adjetivos para representar personas, cosas y conceptos resulta atractivo. A modo de ejemplo, al decir "Su pluma es excelente", estamos hablando de una persona que tiene talento para la escritura. Se reemplaza a la persona por "pluma". Al usar el lenguaje figurado en esta oración suena mejor que decir "El autor de la novela escribe bien".
¿Cómo escribir mejores metáforas?
1) Busca ejemplos. Ya sabemos que leer como escritores es distinto a leer como lectores. Ahora, al leer diferentes libros deberíamos enfocarnos en buscar metáforas. Los escritores que ya tienen experiencia trabajando con este tipo de textos son la mejor fuente de aprendizaje.
2) No confundas una metáfora con un símil.
¿Qué diferencia una metáfora de la figura literaria "símil"?
El símil es la comparación de dos términos que tienen algo en común. Lo que lo distingue de la metáfora es que necesita usar un conector, que puede ser "como", "cual", "parecido a", entre otros.
Por ejemplo: Las estrellas brillan como diamantes en el cielo.
3) Haz una lluvia de ideas. Piensa en muchos conceptos relacionados con el tema del que estás escribiendo. ¿Cuáles son sus características? ¿Qué emociones te hace sentir? ¿Qué colores, formas o sonidos posee?
Pensemos en el concepto NOCHE.
¿Qué ideas se te vienen a la mente con esta palabra?
Oscuridad, silencio, inmensidad, océano, quietud, vastedad, nocturno, sueños, dormir, soñar, descanso, tranquilidad, luna, estrellas, frío, insomnio, pasividad, cama, habitación, resguardo, seguridad.
4) Enfócate en la sensación que deseas transmitir.
En este punto tendremos que descartar algunas palabras que escribimos en el paso anterior. Por ejemplo, si queremos contar acerca de esas angustiantes noches sin poder dormir, tendremos que borrar palabras como "resguardo", "tranquilidad" y "quietud".
5) Crea una oración usando las palabras que escribiste en el paso 3.
Por ejemplo: "Las noches de insomnio son un océano sin sueños".
Para este ejercicio debemos evitar usar conceptos demasiado obvios o que ya se hayan repetido muchas veces.
6) Lee en voz alta para comprobar que suene bien.
Fíjate si al leerla en voz alta, obtienes el efecto deseado, en el contexto de lo que estás escribiendo.
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Ideas para el escritor
No Ficción¡La editorial Fallen Angels te da la bienvenida! En este apartado te ayudaremos como escritor, te daremos las herramientas para facilitar y mejorar tu historia. Aquí se escribirán tanto pequeños tips que te servirán de complemento como explicaciones...