No logro entender cómo un rostro tan angelical es capaz de hacer tanto daño sin pensar en las consecuencias de sus actos. Eso confirma una vez más que las apariencias engañan. Y eso era Camila Anderson Smith, un rostro angelical al cual muy pocas ve...
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"Ella es de esas mujeres que son veneno y antídoto a la vez. Al que quiere curar cura, y al que quiera matar mata." —Jorge franco
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CAMILA
—¡¿Cómo pudiste?!
Blanqueé los ojos e hice una mueca de fastidio. Él cerró la puerta de mi habitación mientras avanzaba quedando a un lado de mi cama.
—Supéralo ya Kedrick y lárgate que me irrita tu existencia —murmuré sin mirarlo, estaba sentada en mi cama mientras dibujaba y borraba detalles que no me parecían.
—Es que no entiendo, ¡¿Por qué me recomendaste un libro así?! —lo miré con burla.
—Espera, ¿Tienes sentimientos?
Él me ignoró, —No pensé que ella moría, después de todo lo que pasaron juntos... —llevó una mano a su frente frustrado—. Nunca voy a poder superar esto. ¿Qué hay de la inestabilidad emocional que me dejó ese libro?
Iba a responder pero continuó hablando.
—Te pasaste Camila, te pasaste —comentó realmente molesto.
Le dije que llegaría a mi llorando y bien, estaba a punto de hacerlo porque le presté uno de los libros más tristes que había leído.
Se acercó a mi estante y suspiré cansada. Ya perdí la lucha con él y decirle que no los toque, pero no parece funcionar y mucho menos importarle. Devolvió el que le presté y tomó unos cuantos.
—¿Por qué tantos? ¿Crees que esto es una maldita biblioteca pública? Lárgate ya.
Él me miró con una sonrisa sarcástica.
—Después del trauma que me dejó ese libro por tu culpa no me reclames, estúpida. —dicho esto se largó como si nada llevándose una pila de ellos.
—¡Más vale que los devuelvas y sin una sola marca! ¡Idiota! —grité antes de que cerrara la puerta.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó papá después de tocar la puerta y dejarlo que pasara. Fui directo a abrazarlo porque había regresado de un viaje y llevaba días sin verlo.
—Kedrick siendo Kedrick —le resté importancia—. Te extrañé mucho.
Sonrió, —Yo también cielo. ¿Y dónde está Jayden?
—Debe estar preparándose para irnos.
Jayden y yo iríamos a comprar su traje para el baile de graduación, aunque él se estaba quejando. Prácticamente se lo exigí.
Hablé con papá sobre Jayden. No sabía que pasaría con él ya que en unas semanas me iría, y tampoco tenía idea de lo que él quería estudiar. Papá aseguró que hablaría con él y que no lo iba a dejar a su suerte, él realmente apreciaba mucho a Jayden. Aunque era difícil ayudarlo porque el chico es orgulloso y terco a más no poder, casi nunca me dejaba regalarle algo o ayudarlo, era tan orgulloso y sencillo que no le gustaba sentirse "comprado" odio que piense que es así.
