— S-Si... yo... — sus murmuraciones inconexas, acentuaron el mohín dubitativo del otro joven, y tragó saliva. El frío ambiental perdiendo relevancia, gracias al anormal calor que incendió su cuerpo abochornado. — Estoy... bien.
Las orejas de Jungkook, imitaron la roja luz parpadeante en el semáforo, al final de la calle.
<< Que vergüenza. Probablemente crea que estoy loco de remate. >> no obstante, su lobo ni siquiera mostró algún signo de empatía, a pesar de desencadenar todo el malentendido.
Y el aroma de Jeon tomó intensidad. Compactas feromonas llenaron el aire, directamente desde su glándula de olor.
El entorno se espesó en consecuencias: la esencia de un alfa, era de por si densa, hecha para recalcar su género, intimidar o retar a cualquier peligro potencial.
Resultaban insoportables para sus congéneres, y amenazadoras para betas, y omegas enlazados.
Una especie de letrero rojo, directo a las fosas nasales, y generando una desagradable sensación de pavor e impotencia.
Si, ellos tenían clara ventaja sobre el resto. Como su padre afirmara años antes. Y aunque había presenciado, en escenarios infinitamente desagradables, a personas siendo sometidas por el poderío de los alfa, él evitaba esparcir demasiado su aroma.
Se tornaba incómodo, recibir las miradas temerosas de omegas y algunos betas, o desafiantes de otros...
— Alfa... — el término fue pronunciado con desagrado, y un deje de exasperación.
El chico en la parada chasqueó la lengua, fustigado, y escarbó dentro de su sobretodo, hasta elevar una bufanda blanca, con la que cubrió su nariz.
Solo dos ojos entrecerrados con cero tolerancia, se mantuvieron visibles.
Jungkook no supo qué hacer. Ésta era, sin duda, una noche de primeras veces: nunca antes su olor provocó tanta inconformidad y repulsión en un omega. Normalmente, ellos disfrutaban sus feromonas potentes y territoriales. Pero este joven de cabellos cenizos, se alejó incluso unos pasos, colocándose casi al borde de la acera.
¿Quizás...? Dios, no. Necesitaba abrir la boca. Asegurar que su intención, nunca fue esa, que seguramente pasó por la cabeza de aquel chico mediano.
— D-Disculpa... no lo hice a propósito... — sin embargo, su voz murió en un quedo susurro. Colmado de inestabilidad.
No tenía idea de cómo manejarse. Siempre tuvo el control, enfrentándose a omegas, que bien le comían con la mirada, rogando ser notados, o respetaban por su porte altivo y rasgos cincelados y viriles.
¿Aversión? Desconocía el concepto hasta diez minutos antes de arribar a la parada.
Pero los ojos ajenos no mentían, o esforzaban en contener la molestia.
— Eres uno de esos alfas. — el omega arrastró las palabras. Con una implicación casi vomitiva, y el estómago se Jeon se revolvió.
Quiso rebatirle, alegar su inocencia, algo en su favor. Sin embargo, el característico sonido del bus deteniéndose a centímetros de la acera, lo distrajo.
El chico se movió mucho más rápido de lo que creyó posible. No le dio tiempo a nada. Y tras una última ojeada, que Jeon tradujo en: <<No me sigas.>> ingresó al trasporte.
El alfa permaneció allí, de pie bajo la caseta, detallando con orbes bien abiertos, el recorrido del omega dentro del bus.
Acudió al momento exacto en que tomara asiento en el extremo opuesto al suyo, manteniendo la vista, en el ventanal orientado a la calle.
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Reversal Instincts [PJM & JJK] ° 2020
FanfictionEl alfa debe dominar al omega. El alfa debe sostener al omega. Esas reglas no se aplican al cien por ciento para Jungkook. Si, él es un alfa: alto, fuerte e imponente. Pero, a pesar de lo que la sociedad exige, sus gustos están muy lejos de ser acep...