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Lo curioso del cumpleaños de Peridot, a falta de días festivos cercanos o pasados, fue el hecho de que solo hubo dos invitaciones, una dirigida a Steven y una dirigida a Connie, por lo mismo, la mayoría de los invitados fueron reunidos por las propias gemas, y otras, pues eran gemas, estaba en el granero cuando el confeti empezó a llover sobre las cabezas de todos.

Steven se presentó en compañía de Lars, Sadie, Ronaldo y Kiki, llevando en su mano la extraña invitación de Peridot, escrita en grueso papel de color rosa. Perla era la única que parecía decidida a llevar su ropa normal, Garnet lucía una versión femenina de la ropa de Steven, llevando zapatillas rosadas, jeans negros y una franela blanca, con una chaqueta segmentada de color salmón.

—Vaya—Les dijo Sadie al llegar con ellas, mientras recorría el interior del granero con la mirada—.No tenía idea de que los cumpleaños de las gemas se aparecieran tanto a los humanos.

—Y yo no tenía idea de que celebrábamos los cumpleaños. —Agrego Steven, con una sonrisa y una ceja alzada, mirando a sus tres amigas.

Las gemas observaron a su protegido con una mezcla de sorpresa y terror, sonriendo sin entender el porqué.

— ¡Me encanta la idea!—Exclamo el chico, sacando un pequeño paquete de su bolsillo—Sé que no le gustara que no cumpla con el ritual humano de dar obsequios o algo así ¿Dónde está?

— ¡Yo tampoco infringí la norma social humana de dar obsequios!—Aseguro Ronaldo, que llevaba un largo paquete envuelto en papel de color dorado, mientras se arrodillaba y bajaba la cabeza para ofrecer su obsequio a las gemas.

—Linda fiesta. —Les dijeron Lars, Sadie y Kiki, mientras Kiki intentaba que Ronaldo se pusiera de pie.

Una vez los cuatro amigos siguieron a Steven, que iba saludando tanto a gemas como a humanos, Amatista dejo escapar una exagerada bocanada de aire.

—Él es aterradoramente dulce a veces—Perla y Garnet asintieron—.Me voy. Tengo que encontrar a Peridot antes que él y asegurarme de que se ponga algo lindo.

Amatista se fue corriendo detrás de ellos. 

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