Lo Usual

16

— ¿Qué tal si alguien llegase a descubrirnos?—Pregunto Perla.

—A ti...—Steven pareció avergonzarse de no haberlo pensado— ¿Te daría vergüenza si te vieran conmigo?

Volvió a besarlo, motivada esta vez por el genuino placer de hacerlo, el chico acaricio su espalda, descendiendo hasta sus caderas, Perla imito el gesto, aferrando los hombros de Steven, apreciando la calidez que se encontraba bajo la tela que lo cubría.

Al regresar a casa, Steven tomo a Perla de la mano, cosa que en realidad no le disgustaba, le permitió llevarla de ese modo hasta que estuvieron cerca del templo, donde el mismo dio la iniciativa de mostrarse más casuales.

Steven, sin embargo, subió las escaleras con una expresión que más que tranquilidad expresaba una tristeza que parecía ahora dispuesto a tolerar. Perla no tuvo tiempo de decir nada, Garnet la envolvió en un abrazo demasiado cálido, y no hubo nada más que decir.

El parque de atracciones se hallaba decorado por charcos y desperdicios húmedos bordeando los cubos de basura en los callejones. Un perro caliente había sido abandonado con solo una mordida, y había recibido el embate de la lluvia, el pan estaba hinchado y gelatinoso, y todo rastro de salsa había sido borrado, un halo de papas fritas bordeaba el aperitivo y en ese momento, Perla observaba como las gaviotas luchaban por el alimento.

Con todo ese frio Steven estaba en todo su derecho de andar con su característica chaqueta rosa. Perla en cambio había transformado su vestimenta, así como también sus compañeros.