Parte 3: El segundo golpe

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Para Iván y Julia hacer las pases era un proceso digno de una montaña rusa. Lo único que se interponía eran caídas, saltos, idas... vueltas, y un millón de mareos.

Cuando parecía que las aguas podían apaciguarse, no hacía falta de mucho tiempo para que el próximo golpe llegara y revolviera todo.

Después de mucho tiempo de noviazgo, Carol e Iván habían terminado definitivamente.

Ivan ya no tenía la misma confianza en su novia y no le contaba nada, vivía los problemas de su familia encerrado en él mismo. Carolina le había preguntado antes que se traía entre manos con Maria la conserje, pero Iván no fue capaz de decirle nada. Tampoco le contó la verdad de aquellos papeles que escondía. Y desde la llegada de Marcos al Internado, a Carolina le habían nacido mil dudas y ya no podía seguir engañándose a ella misma. Incluso se había enrollado con él estando todavía con Iván, lo que había terminado en un desastre envuelto en culpas dentro suyo.

Carolina encontró a Iván una noche afuera del internado mientras él fumaba — Yo no puedo más. Estoy harta, Iván. Harta de sentirme culpable y de que me mires así...

— ¿Así como? — Ivan terminó una calada de su cigarrillo y la miró con los ojos oscurecidos.

Carol asintió — Así. Como me estás mirando ahora. No se... con rabia, o desconfianza. Ya no me cuentas nada... no te fías de mi. Reconócelo

Iván suspiró. Pero la miró por fin, girándose hacia ella. La sinceridad alumbrando su rostro — Tienes razón. Te lo tenia que haber contado, lo qué pasa es que...  — Ivan se detuvo para tirar de una de sus manos y suspiró — Verás...

Carolina sacudió la cabeza cuando notó los titubeos de Iván. — Déjalo, Iván. No me cuentes nada, no quiero saberlo. Ya no.

Carolina sabía que Iván no sería capaz de contarle sus problemas nunca. Y ya no quería seguir intentándolo.

Iván se echó hacia atrás con la mirada suspendida — ¿Ya? ¿Cómo que ya?

Carolina relamió sus labios y quitó la mirada. — Hace tiempo que esto no funciona...

Iván tragó saliva. — Ya. — asintió y se giró de nuevo — Desde que llegó Marcos mas o menos, ¿no?

Carol miró hacia abajo — Lo siento, Iván, lo siento.  — empezó a sacudir la cabeza  — Pero... yo no puedo seguir engañándome. No puedo, y tu no te mereces eso

La verdad cayó encima de Iván como el peor balde de agua fría y cientos de cubos de hielo. Empezó a notar como el corazón bajaba hasta sus pies. No pudo seguir mirándola más

Los ojos de Carolina empezaron a cristalizarse de a poco, y no soportó ver a Iván así. Estiró la mano para tocar su rostro  — Mira-

Pero Iván se alejó — No me toques. No me vuelvas a tocar así. Nunca

A Carolina se le vino el mundo abajo. Ella no quería hacerle daño, pero no podía evitar sus sentimientos hacia Marcos. Y las lágrimas de culpa empezaron a bajar por sus mejillas, obligándola a apartar la mano.

Iván se dio la vuelta y se inclinó hacia ella — No llores  — le dijo — No tienes derecho a llorar. ¿No es lo que tú querías?

Carolina sacudió la cabeza — Ivan — las lágrimas no dejaban de salir — Que no estemos juntos no significa a que-

— ¿Qué? — reclamó él elevando la voz  — ¿Que coño significa?

— Que yo te quiero mucho. Y eso no va a cambiar nunca — aseguró ella — Al menos para mí

La historia de Iván & Julia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora