𝙇𝙊𝙑𝙀 𝙀𝙓𝙄𝙎𝙏?? - 𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕

『𝐌𝐚𝐝𝐲 𝐧𝐨 𝐜𝐫𝐞𝐞 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫』

Desde que tenemos uso de razón, hemos escuchado muchas historias de amor. Historias donde una princesa encuentra a su príncipe y viven unidos toda su vida, en un arco de felicidad. Pero la inocencia de la niñez desaparece en cuanto nos fijamos en nuestro alrededor: ¿Quién te contó esos cuentos tan románticos? ¿Tal vez tu madre, a la cual su marido le abandonó en tu nacimiento? ¿O fué tu tío, al cual su novio le robó el dinero y se marchó de la ciudad? En cuanto Mady se dió cuenta de esto, sus esperanzas con el amor comenzaron a apagarse.

Cuando Mady llegó a la adolescencia, un pequeño brillo de ilusión volvió a germinar en ella, pero no tardó en desvanecerse: Todos a esa edad solo querían acostarse con alguien, y el romanticismo solo duraba esa noche. Ella no era un objeto de usar y tirar. Ella era una persona apasionada que buscaba aún a su príncipe o princesa.

Con el paso de los años, la poca esperanza que le quedaba se esfumó en gélido viento. Y la ilusión, se convirtió en devastadoras lágrimas que le acompañaron durante una larga temporada.

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Unos meses más tarde reunió las fuerzas como para volver a vivir su vida normal. Fué una época dura acompañada de medicamentos y tratamientos...Pero todavía se negaba a amar.

Tras mucho trabajo, consiguió ganar una beca para una universidad bastante prodigiosa. Allí ella era una alumna ejemplar, y todo parecía ir bien. Hizo un buen amigo, después de mucho tiempo, Mady conoció a Leonard.

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Eran fieles amigos, se tenían muchísima confianza mútua y siempre estaban juntos, pero un día todo cambió.

Leo comenzó a comportarse de forma extraña hacia Mady, y esta no tardó en notarlo, aunque lo ignoró pensando que ya se le pasaría...Pero un atardecer donde el cielo anaranjado bañaba el horizonte, Leo se armó de valor y deslizó sus dedos hasta los de Mady.

- ¿Q-Qué crees que haces? - contestó ella, apartando bruscamente su mano de la suya.

-  Mady...¿Puedo decirte algo?

- Sí, claro

Hubo un silencio aparentemente incómodo. Agachó la cabeza y todo su cuerpo comenzó a temblar. Después, suspiró y se hundió en los profundos ojos grises de Mady

- Me gustas, Mady - susurró

Ella se quedó paralizada durante un instante. Una furia comenzó a crecer dentro de ella, y casi de forma involuntaria, su mano se estampó contra la cara de Leo.

Al darse cuenta de lo que acababa de hacer, Mady comenzó a correr a toda velocidad en dirección contraria, con la esperanza de que Leo no fuera detrás suya...pero las cosas no salieron como esperaba.

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Mady no destacaba por su resistencia al correr, y al cabo de cinco minutos quedó exahusta y se sentó en el suelo con los ojos llenos de lágrimas. Leo se acercó a ella y colocó una mano en su espalda.

- Mady...¿Qué pasa? ¿No...no me quieres?

- No puedo quererte, porque el amor no existe.

- ¿Cómo que no existe?

- Todo lo que te han contado es mentira. Todo ahora está a base de mentiras. ¡Todo es una MENTIRA!

- Mady, eso no es cierto - contestó Leo, sentándose a su lado en el suelo. - Si no fuera real, ¿Qué he estado sintiendo yo durante tres años?

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Mady parpadeó.

- ¿Tres años?

- Poco después de conocerte, unas semanas después, me enamoré de tí. Eres una persona extraodinaria, y...y yo te amo.

- No digas payasadas ¿Quieres que llame al circo del que te has escapado?

El rubor tiñó las mejillas de Leo de un rojo intenso.

- Lo digo en serio - suspiró - Mira...no te imaginas las eternas noches que paso pensando en tí, en tus hermosos ojos como piedras preciosas, inalcanzables; en tus suaves manos sobre las mías, en tus labios pronunciando mi nombre con esa delicadeza de la que abundas...y sobre todo en esa sonrisa que tan escasamente veo. Es hermosa. Eres hermosa.

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Mady no pudo soportarlo y su faz se tiñó también de un color carmesí. Hubo un silencio. Pero esta vez, era muy cómodo. Ella se recostó sobre sus brazos y comenzó a llorar como nunca lo había hecho. Leo mantuvo el silencio también mientras susurraba a su oído palabras suaves para tranquilizarla.

- Leo.

- Dime.

- ¿Tanto..tanto me deseas? ¿No será solo un reto, no? ¿No querrás destrozar mi corazón, o tenerme hasta que te aburras de mí?

- Mady, al principio creía que solo quería liarme contigo - dijo en un suspiro, mientras acariciaba su largo pelo color avellana - Pero me dí cuenta de que lo que quería en verdad, era pasar la vida junto a tí. Veo que puedes ser la mujer de mis sueños, mi compañera en todas las aventuras de la vida. Y yo, por supuesto, puedo ser también ese compañero tuyo. No pido que seas la mejor esposa, ni la mejor madre. Solo pido que seas tú, y que estemos juntos, unidos.

- ¿Puede ser...puede ser que te ame?

- Puede ser.

- Vaya...

- ¿Tú sientes algo por mí?

- Cuando te veo...tengo una sensación que no se identificar. Inmediatamente quiero sonreír, inmediatamente soy feliz.

No hubo respuesta, pero Leo se limitó a trazar una sonrisa. Una hermosa sonrisa. Tan hemosa como él.

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- Leo...te daré una oportunidad. Solo una. Creo...creo que solo tú puedes mostrarme si el amor existe. Eres la única persona en la que veo esa mínima esperanza.

- No la desperdiciaré. Lo prometo.

Entonces, el sostuvo su mano de nuevo. Mady no la retiró esa vez, de hecho, comenzó a llorar...pero esta vez, de felicidad.

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Hoy en día, Mady y Leo no tiene una vida como en los cuentos de hadas. Viven en un apartamento en la ciudad, con dos hijos y un gato. Hay muchas facturas y poco espacio, y la zona tampoco es muy tanquila. Pero todas las noches en las que el tráfico no parecen dejarles descansar, Leo envuelve a su mujer en brazos y la abraza, le sonríe y comienzan a charlar hasta que caen en un profundo sueño.

Puede que, después de todo, el amor si exista. Aunque hoy en día todo en el amor parezca gris, debemos tener paciencia y no forzarlo.

Encontrarás a tu Leo, o a tu Mady: Eso no es tan importante, querid@ lector/a. Debes tener paciencia porque, algún día, encontrarás a ese alguien que no será perfecto, pero estará dispiesto a ser tu fiel compañero en el gran viaje de la vida, y te amará con sinceridad. Solo confía.