Capítulo 15. Lauren.

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Estuvimos mucho rato abrazadas y más tarde nos sentamos en las sillas de su cuarto. Se la veía triste.

-Tengo miedo, tengo miedo de que Brent no regrese.

-Regresará, él es fuerte.

Brent había cambiado bastante desde que tenía los diez y seis, estaba mucho más alto, más fuerte, pero seguía igual que siempre respecto al carácter.

-Ya lo sé, pero tengo miedo de que le pase algo, no lo puedo evitar.

-Ya, yo también tengo mucho miedo. Ahora que lo pienso, han abierto un starbucks por aquí cerca, ¿Quieres que salgamos a despejarnos un poco?

-Vale, aunque no me gusta el café.

-Tranquila, hay muchas más cosas, no solo café.

-De acuerdo.

Se levantó, cogió su bolso y metió en él sus cosas y algo de dinero. Salimos y bajamos las escaleras, cuando estuvimos en la cocina nos despedimos de Cristina, la madre de Brent y salimos de la casa. Camino al lugar, hablamos de varios temas, yo estaba en el instituto de nuevo y me llevaba muy bien con todo el mundo, salvo con Melanie, que por cierto, está saliendo con el capitán del equipo de fútbol, mejor, dos egocéntricos juntos no hacen daño a nadie. Llegamos a la puerta de la cafetería y entremos. Yo pedí un chocolate caliente con nata y caramelo y Lauren un té de frutas del bosque. Nos sentemos en una de las sillas y empezamos a hablar.

-¿Te gusta el té?

-De los mejores que he probado.

-Lo sé, éste lugar es fantástico.

-¿Cómo está tu hermanito?

A mi hermano lo habían operado semanas atrás porque se le rompió un hueso y no se le soldó bien.

-Muy bien la verdad, ya anda más o menos normal.

-Me alegro.

-Oye Lauren, ¿Cómo crees que terminarán Melanie y Charlie?

-Bueno, eso depende de ellos, yo creo que mal, son dos personas con mucho carácter y siempre se acaban peleando.

-Ya, pero en el fondo, es mejor que sigan juntos, desde que mantienen relación Melanie a ignorado a Brent y a mi también.

-Ahora ya no puede ignorarlo, porque no está.

-Pequeña, volverá y lo sabes.

-Ya, pero dentro de mucho tiempo.

-Puede ser, pero volverá.

Me miró entristecida, sabía que Brent era fuerte y todo eso, pero el mundo de la guerra no es para nadie, y menos para alguien cómo Brent, porque es demasiado bueno, y la bondad no está permitida en ese lugar, o matas o mueres, y Bren, antes de matar a alguien inocente deja que lo maten, estoy muy segura de eso, pero no quedaba más remedio que tener esperanza. Terminamos nuestras bebidas y fuimos al parque de siempre, estaba bastante feo, era otoño y las hojas habían caído, todo era de un color marrón bastante apagado, cosa que no me gustaba, y lo que hace referencia a la gente, no había casi nadie, pero lo que necesitábamos en ese momento era paz, así que estábamos en el lugar adecuado. Encontremos un banco vacío y nos sentamos.

-Moon, conoces a mi hermano igual o más que yo, las dos sabemos que eso no es para él.

-Ya lo sé, a él no le van esas cosas de guerra, no sé por que ha ido.

-Quiere vengarse. A mi padre lo mataron en un atraco en un banco… Entonces Brent se volvió muy sanguinario, siempre jugaba a ese juego que se llama call of duty, nunca me hablaba, solo mataba a esos muñecos electrónicos, era horrible, no lo aguantaba, de verdad que cambió relativamente desde el día de la muerte de nuestro padre. Yo lo pasé mal también, pero no quiero eso.

-Tu madre me dijo que Brent siempre quiso ser militar.

-No, eso te lo ha dicho para no contarte todo esto, porque Brent nunca quiso serlo, de verdad.

-Bueno, entiendo que no quiera contármelo, a tu madre no le debe sentar muy bien el cambio de Brent. Lo que más me duele es que no he podido verlo. Mierda de exámenes en serio. No me enteré de esto hasta ésta mañana.

-Me dijo que no te lo quería decir porque no quería verte sufrir, porque te ama Moon, te ama mucho.

-Ya… Y yo lo amo muchísimo también, demasiado y todo.

Esa conversación terminó allí, estuvimos algún rato más sentadas en ese banco, pero luego nos fuimos, cada una a su casa. Nos despedimos con dos besos en la mejilla y entré a mi casa. No dije nada a mi madre y entré a mi cuarto a llorar cómo una niña, todo eso era demasiado para mí, y yo era demasiado débil para todo eso.

El don de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora