Uno

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Marcela se encontraba en el sala de espera del aeropuerto, se despedía de su madre y sus pequeños cachorros, ella tendría que viajar a Corea del Sur por un nuevo empleo, para ella no era fácil dejar todo y simplemente ir, su Omega se sentía triste por tené que dejar a su cachorritos solos, pero no quería que su manada viera que esto talvez le afectaba más de lo que mostraba, pues realmente era una gran oportunidad de trabajo, el salario era bueno, realmente lo necesitaba.

-Me tengo que ir están por anunciar el vuelo.-

-¡Te vamos a extrañar mucho mi amor!.-

La chica abrazo su madre, una hermosa Omega al igual que ella y luego se inclino viendo a los niñitos que tomaban la mano de su abuela, y les dio un beso y un abrazo a cada uno. Sintiendo a su animal gimotear por separarse de sus crías.

- Quiero que se porten muy bien.- ella no puedo contener sus lágrimas y comenzó a llorar- los voy a llamar todos los días y espero que no haya quejas, ¿De acuerdo?

-Si mami nos vamos a portar bien, ¿Pero cuando vas a regresar?.-

- Te prometo que lo antes posible ustedes podrán viajar para estar conmigo un tiempo, y en cuanto esté instalada y encuentre una niñera y un buen instituto ustedes se irán conmigo o yo vendré a verlos y a pasar unas lindas vacaciones con ustedes a la finca de los abuelos para poder cazar algo ¿De acuerdo?.-

La Omega mayor miro a Marcela.

-¿Que no necesitas su firma para llevarlos?.-

Marcela y los dos pequeños miraron a la abuela, y Marce solo nego con la cabeza. Su padre ni siquiera llamaba para saber cómo estaban, menos los vería para alejar que sacaban a sus hijos de manera ilegal del país y nisiquiera estaba segura de que eso pasara, ella prefería regresar. El consejo le había conseguido la constancia de cuidado completo de sus cachorros, después de que su alfa los abandonará para comenzar una nueva vida con otra Omega.

- Eso no importa, lo importante es que estén bien, coman bien y obedezcan a mamá ¿Si?-- Ambos lobitos contestaron que si.

Marce les dio un abrazo y se alejo de ellos mientras lloraba, sacudía su mano en señal de despedida, mientras su Omega agachaba las orejas y se sentía fatal, se dirígio a su sala de abordaje, este viaje sería duro, después de muchos años ella estaría sola, pero era un comienzo que ella necesitaba para hacerse más independiente emocionalmente. El lazo roto la había dejado desecha, solo no murió por qué su Omega se negaba a dejar a su pequeños cachorros solos. Aún había alguien que necesitaba de ella.

Marcela había salido de un emparejamiento hace dos años, y cuando eso pasó se mudo de ciudad con sus dos cachorros, el Alfa y padre de ellos no los había buscado, pues ya tenía a otra con quién olvidar a su antigua familia. Una hermosa Omega de cabellos castaños, un cuerpo de infarto y sin nada que la atara a la rutina. Según palabras de su ex alfa.

Ella se dedicó a trabajar para su familia, hasta que un día en una convención de Marketing en dónde su empresa le asignó repartir volantes, por qué según ellos era lo único que una Omega podía hacer bien, se encontró con Benji, uno de sus mejores amigos de la Secundaria, Un omega increíblemente bondadoso y amigable, con un rico olor a caramelo y café , tenía una pequeña empresa, pero se estaba colocando de manera exitosa en el mercado, Benji le ofreció a Marce que trabajará con el y, bueno no lo pensó dos veces, un puesto mejor y un mejor salario, además de trabajar con alguien en quien ella confiaba, le hicieron decir que si.

2 meses antes de partir a Corea

-Oye Marce ¿almorzamos juntos? ¡Gretel quiere verte!.-

-¡Oh! sí claro, solo debo guardar unos archivos.-

-Bien te veo abajo- tamborileo sus manos la puerta de cristal mientras se daba media vuelta. Y le sonreía a los alfas, betas y omegas del departamento de mercadotecnia.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2021 ⏰

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