Capítulo 2

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El mundo de las hadas estaba dividido como todo en este planeta, los y las omegas hadas eran quien de encargaban de mantener el orden en el hogar, un casa limpia, comida en en fogón y la educación de los críos era a todo lo que un omega podía aspirar

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El mundo de las hadas estaba dividido como todo en este planeta, los y las omegas hadas eran quien de encargaban de mantener el orden en el hogar, un casa limpia, comida en en fogón y la educación de los críos era a todo lo que un omega podía aspirar.

Si es verdad que son seres mágicos de pequeño tamaño, tan pequeño como su mentalidad, puesto que viven en un patriarcado, donde los alfas son el centro de todo, los proveedores y los únicos que tienen derecho a la educación.

Yeonjun un pequeño omega recién presentado tenía tanta envidia de los omegas humanos pues ellos podían dictar y mandar en su vida, tener educación, tener un trabajo y hacer con su vida lo que quieran, y para alguien como Yeonjun que era un soñador le encantaría vivir aunque sea unos días como un humano disfrutando de la libertad y el libre albedrío.

En ocasiones Yeonjun salía al mundo humano dejando aquel tronco viejo que era su hogar y la puerta a un mundo mágico.

Amaba el aroma a mar y lo bien que se sentí la brisa marítima contra su piel, la luna era hermosa, ama la forma en la que nada cambia cada que decide salir del tronco pues así disfruta lo que aún guarda en su memoria, pero esta vez algo había cambiado o mejor dicho alguien había aparecido.

Un chico de melena oscura como el cielo, sus ojos eran claros y sus mejillas coloradas, Yeonjun se pregunta porque alguien tan apuesto como él, está llorando en la soledad.

Quizás era mejor haberse marchado sin mirar atrás pero su curiosidad fue grande, tan grande como el hombre que estaba postrado en aquella silla.

- te encuentras bien?

(1. Sin contacto con los humanos)

- Que?

Soobin giro su cabeza un poco confundido, en verdad creyó que alguien le había hablado pero nadie estaba por su alrededor.

- Que extraño

Se dijo así mismo mientras quitaba el freno de su silla de ruedas, era tarde así que regresaría a casa.

Por otra parte Yeonjun estaba tan sonrojado y tan extasiado por lo que había echo, había roto una regla al preguntarle al chico si estaba bien.

Por suerte el muchacho de los ojos bonitos y brillantes no lo habia visto pues eso hubiera puesto en peligro a toda su comunidad y especie.

Mi pequeño omega | SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora