Cap. 43

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- Narrador secundario -

Vi como su mirada se perdía haciéndome sentir un gran vacío en el pecho y antes de que nadie pudiese reaccionar se apartó de nosotros comenzando a correr lejos.

Lejos de mí.

- Lexi- La llamó Javi cuando pasó a su lado pero ella ni siquiera se giró.

Isaac hizo amago de salir corriendo pero Dany lo sujetó con fuerza impidiendole seguir.

- Déjala irse.

- ¿Y qué le pasa ahora?- Esa voz irritante volvió a hablar haciéndome perder la paciencia- ¿La niñita está celosa?

Se acabó.

- Tú le pasas. ¿Por qué mierda andas inventando cosas? ¿No era que estabas muy triste y querías compañía ya que todo te recordaba a tu difunta hermana? Eres despreciable Amanda. Tan despreciable o incluso más que Sarah- Al decir eso vi como los chicos abrían los ojos quedándose completamente estáticos.

Sí, por fin lo había dicho. Me había costado tiempo darme cuenta pero lo hice. Y ahora, años después de haberse ido sabía quién era realmente la persona de la que estuve supuestamente enamorado.

Sentí una mano golpear con fuerza mi mejilla haciendo que mi cara girase por completo.

Tenía que acabar aquello cuanto antes para poder alcanzarla.

- ¡No te atrevas a hablarme así niñato!- Gritó como una desquiciada atrayendo más de una mirada indiscreta- ¡Estás loco por ella! ¿cierto? ¡¿Eso es lo que pasa?!- Miró a Isaac- Ambos lo estáis. La historia se repite- De un momento a otro comenzó a reirse haciendo que me plantease su estabilidad mental- ¿Cómo habéis podido cambiar a Sarah por esa guarra barata? Está bien, mi hermana era una zorra también pero por lo menos sabía daros a ambos lo que queríais.

Dany gruñó al escucharla dirigirse a Alex de esa manera.

- Tu hermana era una jodida manipuladora Amanda y al parecer lo has heredado. Sólo era una niña mimada que se creía mucho más de lo que era. Y ya ves lo que ganó jugando con las personas como lo hacía. He sentido su muerte todos y cada uno de los días desde que se fue como propia, como si una gran parte de mí hubiera muerto con ella pero ahora me doy cuenta de lo gilipollas que fui. Sí, la quise, pero ella nunca valoró a nadie más que a ella misma, ni si quiera a ti. Y ahora me arrepiento enormemente de haberle seguido el juego. Me arrepiento del maldito día en el que puse mis ojos sobre ella porque ahora se que lo que sentía por ella no era más que un amargo y simple deseo. Ella era caprichosa y logró su cometido, logró separarme de un hermano y tenerme encerrado en mi mismo durante largos años pero se acabó. Espero que ayá donde esté la mala conciencia la esté torturando por todo el daño que hizo. Y si tu has venido intentando lo mismo puedes largarte por donde has venido porque ni te imaginas la repulsión que me causa tu presencia- Terminé con la respiración agitada y sin si quiera darle tiempo a actuar me abrí paso entre los chicos y comencé a correr hacia el lado donde Alex se había ido.

Dicen que cuando quieres a alguien nada te importa más que la felicidad de la otra persona.

Dicen que da igual el dolor, que da igual el esfuerzo, el temor al rechazo, la vergüenza, el que dirán, da igual todo porque sólo eres capaz de pensar en ella y en como se sentirá.

Probablemente parecía un loco corriendo sin cuidado alguno por las calles buscando a alguien sin ningún rastro que pudiese guiarme.

Pero no me importaba. Era capaz de eso y más.

No me importaba porque este idiota insensible, este cerdo tarado, este estúpido engreído, estaba profunda y locamente enamorado de la chica que hacía apenas unos minutos salió corriendo destrozada por las mismas calles.

AlexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora