BIRTHDAY (MoShang)

AIRPLANE PARTY

"No esta tan mal"

Esa fue la frase que Shang Qinghua se repetía mentalmente una y otra vez, como un mantra para tratar de tranquilizarse durante todo el lapso que la fiesta/reunión que estaba siendo oficiada en su honor se tardara... y en la cual lamentablemente el no tenia ningún control. Tal vez por ello es que a pesar de que una persona normal pensaría, que la sonrisa de felicidad y eterna gratitud debía estar plasmada en el rostro del cumpleañero como una huella imborrable por ese día, no era lo que precisamente pasaba en el semblante del festejado.

El líder de la cumbre An Ding, estaba al tanto que el gesto amable que tuvieron todos sus hermanos marciales al prepararle la celebración sorpresa, era un acontecimiento irrepetible, y cuando decía "IRREPETIBLE" era en los dos sentidos de la palabra, tanto el bueno como el mal, no es que fuera alguien quisquilloso o mal agradecido, pero su naturaleza organizada e influenciada por el eterno trabajo de logística en la secta, le hacía susceptible a sobre analizar el beneficio o rendimiento de cada elección, así que con solo un vistazo sabia lo que estaba bien y mal en aquella celebración. Parecía increíble el pensar como es que los grandes señores de los picos, los cuales siempre estuvieron encargados exclusivamente de sus especificas áreas, habían por primera vez ¨intentado organizar¨ una fiesta por él, y  habría querido usar la palabra "logrado" pero eso solo seria posible si el resultado frente a sus ojos fuera más prometedor.

A pesar de eso, una parte del dulce sentimiento por ya no ser menospreciado como antes y sentirse más reconocido le hacia sonreír de vez en cuando, pero al momento en que miraba a su alrededor y las futuras consecuencias con las que tendría que lidiar lo azotaban directamente en la cara, la mueca alegre se transformaba en una de resignación por todo el trabajo que sabia le esperaba al terminar la fiesta, pero al menos seria una resignación mas llevadera que las que tuvo en su vida pasada, por el agradable rato que disfrutaba.

Su cumbre, la cual escogieron como sede de la fiesta, estaba llena de inesperadas cosas, ruido exagerado, comida y bebida sin ningún limite aparente. Las mesas repletas de un sin fin de platillos variados abarrotaba el interior del salón principal; las jarras de vinos estaban en todas y cada una de las mesas, luchando por preservar su lugar a pesar del exagerado movimiento de platillos y manos que pasaban por sobre la mesa entre discípulos de una cumbre a otra. Antojado por el festín preparado, Shang Qinghua no se limitó a esperar a terminar su ronda y cogio un par de bollos al vapor sin  que nadie lo viera, mientras continuaba con el  labor autoimpuesto de atravesar todo aquel cuarto saludando a quienes con alegría lo felicitaban, tal cual quinceañera en plena fiesta.

Las animadas charlas de alcoholizados que se daban entre algunos lideres eran las mas ruidosas, en especial por la aguda voz de la enfurruñada Qi Qingqi, que parecía no ser una buena bebedora, apuntando indiscriminada mente a todo hombre o aprendiz que según ella la mirara feo, y buscándoles una pelea verbal sumamente incoherente. Hasta que se le ocurrio la tonta idea de  pasar a su lado  y terminar por ser jalado por ella, comenzando asi a darle un extenso sermón del porque ella era la mejor mujer del mundo pero que ningun hombre la merecia; recordandole que si estuvieran en su anterior mundo seguro con aquel comportamiento ya la habrían sacado por mala copa y revoltosa.

"Gracias a dios nunca tuve un amigo que me avergonzara como lo esta haciendo ella"

Luego de soltar ese pensamiento disfrazado de queja divertida y penosa, una ligera sensación de tristeza ensombreció sutilmente su cara al notar lo que venia implícito en esa declaración personal. Esa disminución de ánimo no fue ignorada o al menos no por los únicos par de ojos sobrios que lo miraban. Con mucho trabajo y algo de apoyo del amable Mu QingFa, quien sintió compasión por la situación que vivía en manos de la caprichosa Qi, pudo deshacerse del agarre de esta, dándole otra jarra de vino para que se entretuviera y el pudiera escapara de ahí, dejando al pobre medico como el nuevo remplazo en turno.