Sentía como la fría brisa me acariciaba a cada golpe de viento.
Mi cuerpo entumecido temblaba frenéticamente.
Camine despacio hacia la cornisa del edificio y agarre con fuerza la barandilla que protegía el filo, reposando mi torso en ella inclinándome hacia adelante.
Cerré los ojos y sentí el vacío.
Oía la ciudad, la vida de la noche, oía los susurros del viento, mi respiración, mi corazón.
Tenía miedo, mucho miedo, pero el dolor que sentía en mi era más fuerte, estaba agotada.
"¿Si te vas ha tirar hazlo ya". Dijo una voz.
Me giré repentinamente y le vi.
Era un joven de cabellos dorados, ojos rojos como el carmín, con piel clara, un porte fino y delicado, pero a la vez grandioso, elegante, magnífico... Era hermoso, sin duda la criatura más única que había visto. Su fina camisa de satén caía delicadamente por su pecho, marcando tímidamente las curvas de su musculatura.
En menos de un segundo estaba frente a mi con su ojos clavados en los míos.
"¿Quieres que te ayude? "
En ningún momento vi que sus labios se movieran, sin embargo, oí de nuevo en mi cabeza esa voz fría como el hielo.
Intenté dar un paso hacia atrás, pero la barandilla me lo impedía. El, ligero se acercó aún más, colocando sus brazos a ambos lados de mi cuerpo inclinándose hacia mi, provocando así que recostara mi espalda y parte de mi peso en el fino borde.
Con su rostro a escasos centímetros del mío, pude observar con detalle su delicada piel. Era fina y perfecta. Sus ojos rasgados parpadeaban lentamente, tenía unos labios llenos y rosados, los cuales formaban una línea. Quería tocarlos.
"¿Tienes miedo?"
—... –tragué saliva.
Me dedicó una sonrisa ladina, casi perversa y con una de sus manos acarició mi rostro, arrastrando su dedo índice hasta mi cuello siguiéndolo con la mirada para después devolverla a mis ojos. Entonces hablo acercándose a mi oído.
— Dame tu alma, –hizo una pequeña pausa– escógeme, lo tendrás todo. Podrás dejar este mundo y vengarte de aquellos que te han hecho daño.
Venganza, sonaba tan dulce esa propuesta ¿Que podía perder? Nada, mi alma dejo de ser mía en el momento que me arrebataron las ganas de vivir.
Asentí con dificultad, sentiendo mi cuerpo tenso y adormecido.
En un abrir y cerrar de ojos, el misterioso chico estaba al otro lado de la barandilla con sus pies al filo de la estrecha cornisa.
Me tendió la mano y yo la acepté, colocándome instantáneamente a su lado.
Con nuestros dedos entrelazados miró al vacío.
— Salta ahora –dijo.
La brisa sopló fuertemente, revolviendo mis cabellos.
— No temas, yo estaré al otro lado.
Tiró de mi, haciendo que chocara contra él. Agarró con ambas manos mi rostro y junto sus labios con los míos.
Al separarnos dio un paso hacia atrás cayendo del edificio.
Sentí como mi corazón paró de latir, ahogué un grito con mi mano en la que aún sentía el calor de la suya y con temor mire hacía abajo, no había nada.
"Escógeme o muere" susurró el viento.
Entonces cerré mis ojos y me dejé caer.
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Escógeme o muere | JIMIN | One shot
FantasyEn el filo entre la vida y la muerte... ¿Cuál escogerías si Park Jimin fuera el limite entre ambas opciones?