Mentiras

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Capítulo 23
"Mentiras"

Sebastián Smythe era (a falta de una mejor palabra para describirlo) un antiguo amigo de Blaine. Se conocían aproximadamente desde hace 3 años, cuando los padres de ambos comenzaron a trabajar juntos. Eran de la misma edad, los dos eran gays y también los dos eran obligados a asistir a las mismas aburridas reuniones sociales. Pero ahí terminaba las coincidencias.

Mientras en su trato con los demás Blaine era sencillo y amable, Sebastián era soberbio y egocéntrico. En el ámbito amoroso Blaine era sentimental e idealista, Sebastián descarado y coqueto, con cierto gusto por las aventuras de una noche que Blaine encontraba desagradable.

Pero para ser justos Sebastián había sido una tabla salvadora para Blaine cuando las cosas habían ido mal en su antigua preparatoria, al mencionar al Sr. Anderson "casualmente" los beneficios de su exclusivo colegio, la Academia Dalton. Y después al incluir a Blaine en tantas actividades como le fue posible para que se sintiera integrado en la nueva escuela, al menos el tiempo que el mismo Sebastián estuvo ahí, porque tenía cerca de año y medio que su padre fue enviado a Francia y toda la familia Smythe lo había acompañado, evitando quizás que la amistad incipiente entre los dos jóvenes se concretara.

-No tenía idea de que habías vuelto a Ohio - dijo Blaine parándose de pronto para dar un corto abrazo al chico frente a él.

-Regresé hace algunos días y cuál es mi sorpresa al darme cuenta que no sólo cambiaste de escuela, sino también de casa.

-Lo sé, ha habido muchos cambios este año.

-Ya veo ¿ahora eres deportista? - preguntó Sebastián observando la chaqueta que el otro vestía.

-En realidad lo soy- respondió con orgullo -estoy en el equipo de fútbol de mi nueva preparatoria.

-Con lo que me gustan los chicos deportistas - exclamó Sebastián humedeciendo sus labios en un gesto sexy.

Sebastián juraba, desde que se conocieron, que estaba interesado en Blaine y le gustaba demostrarlo abiertamente con comentarios inapropiados y acercamientos innecesarios, y aunque Blaine se sentía secretamente halagado, no era ingenuo, sabía que Smythe no buscaba una relación seria, ni nada similar, por lo que lo suyo, en el improbable caso de que los supuestos sentimientos de Sebastián fueran verdad, estaba condenado.

-A ti te gustan todos los chicos en general- respondió Blaine restando importancia el comentario del otro chico.

-Tengo gustos variados - respondió sentándose, sin parecer ofendido mientras se encogía de hombros.

Blaine frunció el ceño preguntándose que podía hacer para lograr que Sebastián se retirara, no era bueno siendo cortante con las personas, pero realmente deseaba hablar con Kurt a solas. Y estaba seguro que su compañero de clases no tomaría a bien la inclusión del otro.

-¿Cuánto tiempo estarás en Ohio? - preguntó Blaine sentándose también, quizás podían quedar de verse otro día, y así podría dedicarse a Kurt sin sentirse culpable.

-Aparentemente mi papá se queda de manera permanente. Es una lástima, la gente en Francia es de mentalidad mucho más abierta - respondió. Blaine estaba de acuerdo.- Afortunadamente me queda sólo un año de preparatoria y después me iré a algún lugar menos anticuado que Ohio: New York, Los Ángeles, San Francisco quizás. Necesito un lugar con buenos bares gays.

-Suena como un buen plan - coincidió Blaine, el había decidido casi lo mismo cuando estuvo de visita con Cooper en los Ángeles.

-¿Qué hay de ti?

Destino y voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora