CAPITULO UNICO

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CENA NAVIDEÑA

Cada año nos reuníamos para celebrar la navidad en casa de Eleonor. Terry y yo nos casamos hace tres años y desde entonces somos felices. Este año es especial porque ¡estoy embarazada! Tengo cinco meses, así que el próximo año nos estrenaremos como padres. Eleonor está feliz, la señorita Pony y la hermana María igual nos han expresado su felicidad; Annie me consiente tanto que se mudara pronto a mi casa para cuidarme hasta que nazca el bebé, es tan exagerada que quiere cuidarme desde ahora y Albert, se está preparando para su etapa de abuelo, realmente hay mucha emoción por la llegada de nuestro bebé.

Aún falta un mes para navidad y sé que este año por mi embarazo, todos quieren estar conmigo. No quieren que me arriesgue a viajar a Chicago, por eso decidieron que celebrarán junto a nosotros en casa de Eleanor. Aunque estoy feliz porque mis seres queridos vienen, hay algo que empaña mi felicidad y ese algo es la enemistad de Terry con el duque. He tratado de persuadir a Terry en muchas ocasiones, pero él se niega y se molesta cada vez que se toca el tema, tal vez ahora que va a ser padre lo pueda hacer reflexionar, ahora el duque está solo ya que la duquesa lo engañó en su propio castillo. Fue un escándalo, jamás se había escuchado que alguien de la nobleza fuera descubierto en tan penosa situación, en su propio castillo y con uno de los empleados.

El duque la encontró y habló con la corona, la cual le otorgo el divorcio de inmediato, sus hijos se fueron con la duquesa, pues el duque siempre ha sido frío con todos sus hijos. A pesar de todo, Eleonor se preocupa por él y le dolió que la duquesa le fuera infiel; ella dijo que tendría que estar loca para serle infiel a un hombre como Richard. El pobre duque, me da tanta pena, le envió una carta a Terry después de nuestra boda en donde le deseaba felicidad y prosperidad en nuestro matrimonio, pero Terry no le creyó ni una palabra, él aún le guarda rencor por lo sucedido en el San Pablo, aquella vez que le pidió ayuda y el duque se negó.

—Terry, no te parece que ahora que vamos a ser padres, es momento de reconciliarte con el tuyo. Porque no lo invitamos para las celebraciones navideñas.

—Otra vez con ese tema, Candy. ¡Olvídalo! Ese señor no es mi padre, no quiero tener nada que ver con él y tampoco deseo que se relacione con mi hijo.

—Eso es muy egoísta de tu parte. No tienes derecho a negarle a tu hijo que conviva con su abuelo.

—Candy por favor, no quiero discutir por algo sin importancia. Además, enojarte no le hace bien al bebé, así que olvidemos el tema —suspiré fuertemente.

—Está bien Terry, olvidemos el tema.

A la mañana siguiente, después de que Terry se fue al teatro, tomé papel y pluma. Por supuesto qué no iba a olvidar el tema.

25 de noviembre de 1922

Estimado Duque Richard Grandchester.

Sé que tal vez no soy la mujer que deseaba para su hijo, pero debe saber que amo a su Terry más que a mi vida. Ahora sé que usted me ha aceptado y le agradezco sus buenos deseos y bendiciones para nuestro matrimonio.

Le escribo porque es importante que sepa que pronto será abuelo. Tengo cinco meses de embarazo y nada me haría más feliz que cuando nazca su nieto nos honre con su presencia.

Le extiendo cordialmente una invitación para la celebración navideña. Nos daría mucho gusto que nos acompañara.

Me despido enviándole mis más sinceros saludos y esperando su pronta respuesta.

Atte. Candice White de Grandchester

—Dorothy, cuando vayas a hacer las compras lleva esta carta al correo por favor, es importante que se envié cuanto antes.

Cena NavideñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora