Soy la princesa número uno en el mundo
Chloe observaba desde lejos con molestia a una azabache de coletas y un chico de mechones azules que mantenían una amena conversación. Si había algo que le molestaba en demasía era verlo sonreír tan bonito como él solía a otras chicas. Sobre todo que le dedicara sonrisas tan encantadoras a la panadera.
Bufó con fastidio y comenzó a caminar dando zancadas grandes y firmes, haciendo que sus zapatos de diseñador resoran contra el suelo, logrando captar la atención de ambos chicos.
El de mechones azules sonrió y se despidió rápidamente de la azabache para ir en dirección a la rubia.
Así que deberías saber tratarme como una, por la manera que diga tu corazón...
¿entiendes?- ¡hey, Chloe! - dijo dedicándole una hermosa sonrisa haciendo que sus bronceadas mejillas rápidamente se colorearan de carmín
- Couffaine - respondió ella sin mirarlo a la cara, comenzando a caminar seguida por los pasos del chico
Movió su cabello varias veces en un intento se llamar la atención del oji-cerceta.
Primero, nota si mi peinado es diferente de lo habitual
- ¿hay algo en tu cabello que te incómode? - preguntó él por la insistencia de la rubia en tocar su dorada cabellera
La rubia soltó un suspiro casi imperceptible.
Si Adrien era un ciego que no lograba captar indirectas, Luka era cien veces peor.
Segundo, asegúrate de mirar desde mi cabeza hasta mis pies ¿de acuerdo?
Miraba de reojo al oji-cerceta mientras seguía caminando a la par, por la concurrida acera. El Couffaine parecía no reparar en la presencia de la rubia a su lado. Iba caminando tranquilo, con su vista en cualquier otra parte, menos en ella.
Tercero, por cada palabra que diga, respóndeme con tres más
Se preguntaba el por qué no podía actuar de manera normal cuando se encontraba a su lado, se preguntaba el por qué no podía comenzar a entablar una conversación divertida como las que él solía tener con la franco-china a menudo, se preguntaba el por qué era tan difícil lidiar con un rockero mal teñido y mal vestido. Era ridículo ¡altamente ridículo!
Su vista fue a parar a la mano izquierda del Couffaine, preguntándose cómo sería sentir sus masculinas y grandes manos entrelazadas con las suyas.
Y si ya lo entiendes, has algo porque mi mano derecha está vacía
¿Por qué tenía que sentirse de esa manera tan absurda por él? ¿por qué él causaba eso en ella? logrando que en su estómago sintiera cómo revoloteaban miles de mariposas que hacían de las suyas en su interior, y todo a causa del Couffaine.
No estoy diciendo nada egoísta
- ¿por qué pasas tanto tiempo con Dupeing-Chang? - preguntó algo molesta
- es Dupain-Cheng - corrigió el teñido sin intenciones de causar revuelo, sin embargo sus palabras no tuvieron el efecto que deseaba