Entendió que no era tan tarde como lo había imaginado. Que, en realidad, aquel hombre a quién le entregó el corazón lo seguía esperando.
Fue rápido, como una luz, un brillo reluciente que cuesta atrapar. Lleno de recuerdos.
Si tiene la oportunidad de estar junto a él, ¿por qué no tomarla? ¿Qué arriesgaría?Regresó, entonces, a casa.
Había cambiado mucho, cosas en otras partes, pero la cerradura era la misma, y esperaba —a pesar que la esperanza brillaba más que su inseguridad en su alma— que el corazón de su amado no haya cambiado de parecer. Dudó mucho en tocar o no, en tratar de llamar, en entrar de la nada o no.
Hizo lo último, esperando no encontrar algo que lo destruya por completo.Un año era bastante, y más para una promesa tardada. Sentía ese peso de rencor así mismo, se sentía solo y vacío en esa grande casa. ¿Estaría él ahí? ¿Seguirá trabajando como antes?
Se marchó para pelear en otras dimensiones, buscando el equilibrio junto a otros acompañantes, se marchó una semana después de colocar un anillo. Y no volvió. Hasta ahora.
Cuando se enteró de la existencia de la posibilidad de regresar a casa, hizo de todo para cumplir aquello. Pero ahora no estaba tan seguro que fuese una buena decisión, tal vez no quería saber más, porque podría dañarse y dudaba mucho de poder recuperarse.
Empezó a temblar, en aquel antiguo sillón, abrazando su calor.Le costó bastante regresar a casa. A finales de lo que suponía que era "navidad" terminó aquella secreta misión; sentía adrenalina entre sus venas, sin embargo, estaba cansado, y necesitaba regresar. No podía expresar lo pesado que era viajar constantemente entre múltiples universos, el aire costaba llegar a sus pulmones, como si estuviese bajo agua.
Pasaron minutos, horas, y ahí estaba. Pensando lo peor.
De la nada, la realidad cayó como un balde de agua fría. No revisó los pulsos de Everett antes de volver.
Su respiración se corto.
¿Él podía... ? ¿Tal vez?
Sin embargo, antes de caer en un manojo de nervios, escuchó ese típico sonido de llaves y la puerta abrirse lentamente.
Entonces, lo vio.No había cambiado mucho. Los detalles más relucientes eran que había un par de canas nuevas en su cabello bien peinado y un poco de barba en su rostro. Extrañamente, se veía más joven.
Everett lo miró. Strange trago saliva.
Los brazos de aquel hombre pequeño lo arrastraron hacia el sofá, rápidamente, el mismo perfume de siempre gobernando su olfato, y al fin, se permitió sonreír.Se quedaron así por unos minutos, los suficientes para unirse en su rompecabezas, juntando sus pequeñas partes que habían estado separadas por tanto tiempo, ¿alguna vez has sentido un abrazo tan, pero tan vivo que sientes que tu corazón se ensancha? De esos que ocurren solo una vez...
Espero que sí.Se miraron mutuamente.
Aún después de tanto tiempo, Strange podía observar ese brillo de orgullo en los oscuros azules ojos de su amado, y sintió vivir.
Ross era gris cuando estaba con él. No de mala manera, gris era su color cuando ya no había necesidad de aparentar. Le fascinaba.
Su sonrisa fue creciendo poco a poco cuando la mano gastada (por su uso constante de armas) tocó su mejilla, rozando una herida ya curada; sin embargo, suspiró enamorado y quiso llorar cuando el metal inconfundible sonó en su tímpano.—Tú... —susurró. Con el corazón en su garganta.
—Sí—ahí estaba, la voz que había extrañado cada noche. Ronca, dolida, y feliz. Stephen lo conocía tan bien que reconocería cada parte de su cuerpo con los ojos cerrados, y conocería las expresiones de Ross con sólo poner sus manos alrededor de su cara—. Yo... No veo el tuyo.
El cirujano salió de su burbuja por un momento y abrió uno de sus tantos bolsillos, un anillo brillante y costoso chocó la luz de la noche. Ese anillo lo había acompañado en su viaje, lo sacaba cada cuanto, recordando con cariño.
Se lo entregó a Everett, quien entendió el mensaje y colocó el anillo en su dedo anular, lentamente, como si estuviera al frente de un Padre.
Después de eso, no pudo evitar reír.
Ross lo miró confundido, pero se contagió y comenzó a hacer lo mismo.
Mientras tomaban aire, acercó sus rostros hasta chocar sus labios.
Suaves, simples, café, maravillosos.—Te amo—soltó Everett en su oído, como si contara un secreto. Cuando Strange estuvo apunto de responder con una sonrisa radiante; su prometido volvió a hablar—. Tengo preguntas.
—Puedes decirme.
—¿Por qué ahora?
—Tuve una oportunidad.
Se acomodaron en el sillón. El peso de Everett ahora era sostenido por los brazos del cirujano. Ross no dijo nada y continuó mirando a sus ojos: "continúa".
—Mi misión exclusiva ya había acabado. Podía seguir o podía volver. Decidí volver.
—Entonces... No terminó.
—Para mí sí.
—Pero regresarás.
—¿A esa clase de viajes?—Everett asintió. Strange miró al suelo, tomando un tiempo para pensar—. Yo... Realmente no lo sé.
Las manos en su cuello se volvieron más protectores, y su brazo en la espalda de Ross, de igual manera; quedaron en silencio.
Costó mucho para que los dos se acostumbraran a sus extravagantes vidas, los horarios se cruzaban y las únicas veces que se podían ver las caras era en las noches, casi madrugada. Aprendieron a vivir con eso.Antes de despedirse, Stephen recuerda muy bien las palabras de su amado: "Sé inteligente, amor" . Lo es, siempre. Pero le gustaba el apoyo y admiración que tenía Ross en él.
Ahora en casa, no sabía exactamente qué hacer. Quería dormir, pero también salir a comer. Sus ojos estaban cerrados, no se había daso cuenta hasta que el peso de Everett salió de sus brazos, acomodando su elegante vestuario.
—Podré agua, debes estar con sed... —Ross empezó a caminar hacia la cocina, Stephen quería seguirle, pero sus piernas estaban dormidas y no tuvo la fuerza de levantarse—. Ahora vuelvo.
Sí.
De eso estaba seguro.
Porque él también lo haría.
Siempre.~
Holaa, ¡Feliz navidad (atrasado) y año nuevo! Acá termina este conjunto de One shots y quería hacer algo bastante acaramelado skfj.
Fue una buena aventura, ¡espero lo hayan disfrutado!
Gracias, gracias por leer.Si te interesa leer algo más mío: Actualmente estoy escribiendo mi primer fanfic (Johnlock victoriano) y unos songfics (Johnlock también, ¿por qué no?) ¡Pueden encontrarlo en mi perfil!
Adiós, adiós.
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; 12 M e s e s
RandomRelatos sobre el fandom Johnlock y Rosstrange, por los escritos dados. El libro del "reto" estará en mi lista de lectura. T e r m i n a d o 🦎💕