Epílogo

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Ya había pasado 1 año desde que despertó en aquel hospital. Aún recuerda la angustia que sintió al despertar y no acordarse de absolutamente nada de su vida. En el hospital le comentaron quién era: Alfred F. Jones de 19 años, estudiante de arqueología y trabajador a tiempo parcial en una cafetería. Según le dijeron había tenido un accidente de tráfico cuando iba a su primer día de trabajo y por eso estaba en el hospital con amnesia.Alfred les tuvo que creer: o teía más remedio.

Le indicaron donde vivía, donde estudiaba, le dieron sus cosas y después de un par de días en el hospital le echaron. No conocía a nadie y parecía que no se llevaba bien con su familia de Estados Unidos. Según le dijeron inicialmente estudió el primer año de la carrera allí, pero que debido a la mala relación con su familia se fue a vivir a Londres para continuar sus estudios. Eso indicaba que tampoco tenía conocidos en su clase que le pudiesen ayudar.

Estuvo muy confundido los primeros días de clase y de trabajo. No conocía ni siquiera las calles por las que caminaba. De vez en cuando sentía un gran vacío en su corazón al pasar por algunas calles de Londres. Sentía que había estado allí antes con alguien muy importante, pero daba igual cuanto intetase recordar que no lo lograba. Sin embargo, al cabo de un par de semanas comenzó a ignorar esos sentimientos. Ya había hecho amigos tanto en la universidad como en el trabajo y esto hizo que aunque no recordase nada de sus años anteriores, pudiera vivir una vida feliz.
Incluso hizo un gran amigo. Era un cliente habitual que venía todos los sábados por la mañana a tomarse un té mientras leía un libro. Era el típico británico gruñón que vivía a base de té y scones. Normalmente sólo se veían cuando Alfred trabajaba, pero a veces también salían a ver alguna película o a tomar algo, pero sólo como amigos.
Hoy para suerte era sábado y eso significaba que le vería hoy. Se acercaba la hora en la que el inglés aparecería por esa puerta y pediría su preciado té. Como ya se había acostumbrado, fue preparando su pedido incluso antes de que entrase para recibirle con la bebida caliente, los aperitivos recién hechos y una amplia sonrisa. Así fue, como a l cabo de un rato, la puerta se abrió y Alfred corrió a recibirle con alegría.

—Good morning, Arthur!!

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Para acabar el año os dejo el epílogo de esta historia.

¡Espero que os haya gustado mucho este fic aunque sea una mierda!

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Ciaoooooooo!

Good bye America [UsUk/UkUs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora