*22. Compromisos*

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NARRA ALI

Después de todo lo ocurrido esta mañana, mientras Aarón estaba con la prensa tratando de calmar el tema y deshaciendo todos los rumores por la discusión de Daniel y él. Yo me fui a darme un baño ya que necesitaba relajarme un poco.

- Ali, ¿Puedo entrar? dijo tocando la puerta

- Pasa, pasa - dije aún con los ojos cerrados y sumergida en la cálida agua.

- Mi vida ya resolví lo de la prensa ...

- ¿Entonces ya está todo? - digo abriendo los ojos y viendo cómo se quitaba la chaqueta

- No lo puedo soportar ... te necesito ahora mismo - sin más se adentró en la bañera tal y como venía con su ropa.

- Amor, pero qué estás haciendo jaja .... tu ropa.

- Ahora eso es lo que menos me importa en este momento.

Se metió en la bañera, acercándose lentamente con una mirada atrapante dirigida hacia mis ojos, cuando llegó hacia mí me tomó por la cintura y comenzó a besarme apasionadamente el cuello hasta pasarse a mis labios, sus besos eran distintos, diferentes a todos los que me había dado mucho antes, eran sedientos, necesitados. Mientras tanto se iba quitando la ropa mojada a medida que me besaba cada vez más ferozmente dejándome sin aliento, jadeaba sólo con sus besos. Después de que se deshiciera de gran parte de su ropa sentí cómo desabrochó su pantalón y se quitó el cinturón, tirando cada cosa que se quitaba por el baño.

El sonido que la ropa mojada hacía cuando caía sobre el suelo me excitaba cada vez más ya que sabía que se estaba quedando desnudo al igual que yo, sólo nuestras pieles vestían a nuestras almas. Empecé a sentir el agua más caliente quemando cada parte de mí ... Él me tomó por las nalgas levantándome y me puso sobre su miembro ya totalmente duro, con este jugaba entre mis piernas llenándome de deseo con cada roce en mis labios inferiores. Gemiamos los dos cuando nuestros miembros se encontraban nuevamente sin que se llegara a introducir en mí aún.

Sus manos tomaron uno de mis pechos pellizcando y estirando mi pezón mientras con su lengua rozaba el otro haciéndome jadear fuertemente y pidiéndole que no parara, luego de un rato decidió besar y morder el hueco de mi cuello. Me susurraba al oído que debía rogar, que suplicara para que entrara en mí y así hice. Le supliqué con palabras entrecortadas y jadeos que me llenara entera, que se hundiera en mi interior; necesitaba sentirlo dentro y así hizo lentamente sólo para castigarme. se mantuvo quieto un par de minutos para que me acostumbrara a su miembro palpitante.

Varias veces traté de moverme, pero él no dejaba, manteniéndome quieta hasta que lo hizo, cuando sintió que ya no resistía más comenzó a moverse. Entraba y salía haciéndome suspirar y exigirle que lo hiciera más rápido y duro, y así hizo atendió a mis deseos ... una y otra vez haciéndome gemir hasta que sentí esa dulce sensación en el vientre que pasó a recorrer mi columna.

- Ahh jodeeerrr, no aguanto más ... me voy a venir, cielos ....

- No Ali, aún no ... todavía aguanta un poco ... mm...nos vendremos juntos

Siguió dándome duro mientras el agua de la bañera salpicaba nuestros cuerpos y se salía fuera de esta, cada embestida me torturaba y a cada susurro me derretía de tal manera que quería explotar. Después de varias embestidas sentí como se iba tensando cada vez más y más.

- Así Ali, muévete así .... ahhh ufff esto es la gloria nena, eres toda una diosa

- No puedo más ...aaahh, mmm...déjame correrme cielooss

Presioné mis caderas contra su erección profundamente hinchada en mi interior, él tomó mi cadera y me apretó aún más sobre su miembro. En ese momento los dos estallamos juntos hundiéndose más profundamente en mí cuando lo hacíamos. Nuestros cuerpos permanecían abrazados, rodeé mis piernas a su cintura mientras seguía con las contracciones de mi orgasmo sobre su pene.

Dulce venganza decían ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora