Todo comenzó cuando regresaba a mi casa después del trabajo. Era la mesera del pequeño restaurante del pueblo, estudiaba en la universidad después de haberme graduado dos años atrás.
No me exigía salir de allí, estaba cómoda en el pueblo, estaba junto a mis amigos, mis padres y abuelos... No podría quejarme, recibía amor, atención y protección.
Me tiré en la cama cubriendo mis ojos con mi brazo, había peleado con mi novio, bueno, ex, lo terminé después de esa pelea.
¿Por qué?
Quería controlarme. Quería escoger mi trabajo, mis horarios y que cambiará de carrera, decía que esa no era profesión para mí, que no me alcanzaría para sobrevivir, ni aunque me fuera a vivir a la ciudad.
Recuerdo que mi hermano tuvo una pelea con mi padre por eso. Porque él quería seguir en el negocio familiar y mi padre quería que estudiara. Al final, mi hermano estudió lo que quería y eso le permitió estar en el negocio familiar. Después de eso, mis padres nos enseñaron que debíamos hacer lo que creyéramos que era lo mejor para nosotros, que no debíamos dejar que cambiarán nuestro parecer solo por complacer.
— ¿Mar?— era mi madre entrando a la habitación—. ¿No tienes que ir a la universidad hoy?
—Sí— dije sentándome en la cama—. Pero dentro de dos horas.
Asintió mientras sonreía y cerró la puerta de mi cuarto. Estuve meditando lo que había pasado y sus palabras.
—Esto se te pasará— había dicho él—. Volveremos, siempre es así.
Sí, era algo tóxico, había vuelto con él varias veces pensando que cambiaríamos porque mi forma de ser y la de él eran diferentes... Y de todos modos, siempre había escuchado esa frase de: "Los polos opuestos se atraen"
No me pareció que fuera así y no dejaría que siguiera así.
Dejé de pensar en eso y me levanté para poner la radio. Recuerdo que era uno de esos viejos que estaban archivados en el ático, era un pequeño tocadiscos café de mi abuelo, lo había encontrado cuando tenía ocho, jugando al escondite con mis padres y mi hermano de quince, lo hacía para complacerme.
Me encontraron solo porque salí con el gran tocadiscos en mis manos, lleno de polvo y telarañas. En ese entonces era grande para mí, tuve que cargarlo como hacía cuando quería cargar todos mis juguetes. Mi madre lo limpió y mi padre y abuelo comprobaron de que servía y lo instalaron en mi habitación.
Desde entonces, ha sido algo que pertenece a mi habitación y que no sale de allí.
Lo encendí y una emisora al azar resonó.
—The JAX...
Y ahí murió la voz. Era una emisora extranjera que no me gustaba, hablaban mucho y sus canciones eran grotescas, letras sin sentido y muy de moda.
Cuando puse la emisora del pueblo, escuché como Javier hablaba.
—Estos nuevos chicos están pegando con su nuevo álbum. Una recopilación de varias canciones viejas, dándoles una nueva y mejorada versión a canciones como "Hey Jude" de The Beatles.
Me senté en la cama frente al tocadiscos, escuchando que el osado grupo estaba tratando de hacer nuevas versiones de canciones como esa.
"Hey Jude" era una de mis canciones preferidas de los The Beatles. Una canción escrita por Paul McCartney, un integrante de la banda de rock, quién la escribió para Julián Lennon, hijo de uno de los integrantes de la banda que se divorciaba, John Lennon. En 1968 fue publicada, con una duración de siete minutos y once segundos, empezando con el piano de McCartney.
La canción era una balada de consuelo, de apoyo, de ofrecimiento de compañía y de liberación. Puesto a qué John Lennon en ese entonces se separaba de su esposa Cinthia y McCartney quería decirle al hijo de cinco años de su compañero, que el divorcio de sus padres no era su responsabilidad.
Algo que le sirvió de mucho, pues Julián se volvió músico. Al principio se iba a llamar "Hey Jules" ya que así le decían, pero por cuestiones de fonética fue Jude.
—Y aquí los dejo con "Hey Jude", con una versión más nueva, fresca, que expresa igual de sentimientos que su primera versión. Los dejo con la canción mientras escuchan la melodía y voz del vocalista Jhonny, de los The JAX...
The JAX, era de quienes hablaba la otra emisora, esperé que la canción comenzará y no lo voy a negar, la melodía era diferente, un poco más de rock y pensé que no iba a funcionar, pero el vocalista no perdió el sentido, lo que expresaba la canción...
Me acosté sobre mi espalda mirando al techo, escuchando la canción.
"Hey Jude, no lo hagas mal coge una canción triste y hazla mejor, recuerda dejarla entrar en tu corazón, entonces puedes empezar a hacerla mejor.
Hey Jude, no tengas miedo, tú estás hecho para salir y hacerte con ella, al minuto de que la dejes entrar bajo tu piel, entonces empiezas a hacerla mejor."
No creía que les saliera tan bien, tenía que reconocerlo, pero lograr transmitir la idea original de ese tipo de canciones de una forma más nueva, tan innovadora era de una banda que apreciaba la belleza de cada letra.
Tomé mi teléfono y empecé a seguir a la banda y revise sus fotos, todos eran de mi edad y su vocalista llamó mi atención, era bonito, así que empecé a seguir el perfil de la banda.
¿Qué podría pasar?...
......
Hi, lectores...Aquí les dejo el primer capítulo de esta historia, espero que les guste, tanto la historia como las canciones que aquí mencionaré.
Mi alma es como de una vieja, me encantan este tipo de canciones y letras.
De cualquier modo, pueden pasarse por mis otras historias y pueden seguirme en mis redes, trataré de dejar adelantos por allí.
Sale bye, Camila.🖤
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El ritmo que nos une. (Editando)
Storie d'amoreTras haber alcanzado la fama en menos de un año, Jhonny se ve obligado a enfrentar a la musa de sus letras. Marcela, una chica amante de la música, emprende el viaje en busca de la verdad después de haber seguido al pie cada paso, cada ritmo, cada l...