II

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1998.

-Más a la derecha...no más...¡no tanto Lou!-

Dijo Harry frunciendo el ceño, el pequeño de ojos azules soltó un suspiro desesperado y se alejó de la pared de madera donde intentaba colocar un póster de un cuadro que le gustaba mucho al rizado.

-Me rindo, maldito póster-

Refunfuñó el ojiazul cruzándose de brazos mientras se dejaba caer en el puff rojo, el rizado hizo un puchero con sus labios al ver como el póster caía al suelo por cuarta vez.

Harry caminó hacia el y se puso de puntillas para intentar colocar de nuevo el póster, desde que su hermana le enseñó el cuadro de la noche de estrella de Van Gogh no había parado de patalear hasta conseguir un póster idéntico.

-No se porqué te gusta tanto ese cuadro—dijo Louis ladeando la cabeza mientras observaba a su mejor amigo colocar el papel en la pared—tiene muchos remo...rrremo...-

-Remolinos-

Acabó Harry con una pequeña sonrisa, y el ojiazul asintió con la cabeza sintiéndose sonrojar.

Ya que no le gustaba cuando no sabía pronunciar una palabra y su amigo tenía que ayudarle a terminarla o pronunciarla bien, se supone que él era el mayor. Él tenía que saber más que él.

Harry orgulloso terminó de pegar el cuadro y se alejó observándolo, tras varios fracasos había conseguido clavarlo con éxito.

Le gustaba ese cuadro porque había muchos tonos de azules.

Y eso le recordaba a los ojos de Louis.

-Me gusta el azul—dijo simplemente el pequeño de seis años—¡Queda muy bonito Lou!-

Dijo entusiasmado al poder decorar por primera vez la cabaña con algo suyo, ya que desde dos años atrás habían traído pequeñas cosas como varios puff, algunos juguetes y una luces de navidad que habían conseguido poner en las esquinas con ayuda de una silla.

-¿Sabes qué?-

Preguntó el ojiazul mientras se cruzaba de piernas como un indio, el moreno de ojos verdes se giró hacia él alzando ambas cejas.

-¿Qué?-

-Hoy he hecho un amigo-

Dijo con emoción, sus pequeños ojos azules celestes brillaron nada más mencionarlo. Pero Harry no sintió la misma emoción y frunció su entrecejo ligeramente arqueando sus pequeñas cejas.

-¿Amigo?-

Louis asintió con entusiasmo.

-Se llama Za...Zayn—consiguió decir con una gran sonrisa—es muy amable y también le gustan las motos como a mi-

El pequeño de ojos azules recordó como el moreno de ojos marrones entraba nuevo en su clase y en cuestión de segundos empezaron a hablar sobre lo mucho que le gustaban las motos y el fútbol, no tardaron en hacerse amigos y eso le hacía realmente feliz a Louis.

Pero no a Harry.

El pequeño de ojos verdes era todavía demasiado pequeño para entender aquello, pensaba que Louis había encontrado a otro chico que pudiera ser su amigo como lo era él.

-Pero...—comenzó a balbucear Harry un poco molesto—¿yo sigo siendo tu amigo?-

Louis frunció el ceño confundido por aquella reacción y sus pequeñas manitas le ayudaron a impulsarse para salir del puff, caminó hacia su amigo.

-Claro que si, tú eres mi mejor amigo—le agarró de los hombros con una gran sonrisa, el rizado dejó de hacer el puchero para sonreír—Zayn es amigo, tú eres mejor-

Harry sonrió como nunca y le dio un abrazo a su amigo, sus pequeños bracitos rodearon el cuerpo del otro y sintió una risita por parte del ojiazul, a veces podía ser demasiado inocente.

Ambos se separaron y se miraron por unos segundos, sonreían mostrando algún que otro hueco en su dentadura por los dientes de leche.

Harry alzó ambas cejas al recordar aquello.

-¡Lou!—gritó realmente feliz al recordar lo que tenía guardado, el moreno se sobresaltó por el chillido y observó como su amigo caminaba hacia su mochila—Te he hecho un regalo-

Comentó rebuscando en el fondo de su mochila de Spiderman.

El ojiazul batió sus largas pestañas un tanto confundido y miró con curiosidad la espalda de su amigo.

-Pero no es mi cumpleaños-

Dijo mordiéndose su labio realmente feliz e entusiasmado, recibir regalos cualquier día sin ser tu cumpleaños le hacía sentir realmente bien.

-Lo sé, pero quería que regalarte esto—dijo su amigo dándose la vuelta mostrando una pequeña cajita envuelta de forma desastrosa—lo he envuelto yo.

Dijo realmente orgulloso.

Louis le brillaron los ojos al observar esa pequeña caja de papel azul, lo rasgó con cuidado dejando caer el papel de regalo al suelo. Una caja negra estuvo en su vista.

Harry miraba ansioso su rostro esperando su reacción, esperaba que a su amigo le gustase tanto como a él.

El ojiazul abrió la caja y no tardó en sonreír como nunca.

De ella salió una fina cadena con una pequeña H colgada en ella, la sacó de la envoltura y la admiró por unos segundos. La letra era tan pequeña que podía pasar desapercibida por cualquiera. Deslizó su mirada al chico que le miraba con una gran sonrisa, el pequeño de ojos verdes se mordía su labio inferior y jugaba con nerviosismo con los deditos de su mano.

-¿Te gusta?-

Louis pestañeó y volvió a abrazarle.

-Es muy bonito Hazz—le dijo estrechando su pequeño cuerpo con el suyo, el ojiverde soltó una pequeña risita al sentir un besito en su mejilla—muchas gracias muchas gracias muchas gracias.

Repitió con una gran sonrisa separándose de él.

Consiguió ponerse el collar con su ayuda y lo admiró con asombro, ahora mismo se sentía el niño más feliz del mundo.

-Yo también una—dijo el ojiverde logrando que su amigo despertase del trance en el que se encontraba, metió su manita en su camiseta y sacó una cadena exactamente igual pero con una diferencia—Yo tengo la L y tú la H.

Louis bajó su mirada a su cuello y sonrió aún más si aquello era posible.

Harry también sonrió tímido al sentir los ojos de su amigo sobre él.

Ambos niños nunca se quitarían esa cadena.

Aunque aquello conllevase corazones rotos en un futuro.

J U S T  T O O  Y O U N GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora