J U S T T O O Y O U N G

X

2008.

+18.

Harry bufó molesto en el momento en que volvió a leer el mismo párrafo y seguía sin entender lo que estaba leyendo, odiaba biología, con todo su ser.

Él solamente quería salir a hacer fotografías a todo lo que le apeteciese, no estar encerrado un viernes por la noche estudiando algo que no le iba a servir en un futuro.

El sonido de unos suaves toques en la puerta le hicieron despertar de su trance y volcar su atención en los ojos de su madre quien la miraba con una pequeña sonrisa.

-Cariño, papá y yo nos vamos ya—dijo acercándose a su hijo y dejándole un pequeño beso en su cabellera rizada—Gemma está con Asthon, puedes invitar a Louis para que no quedarte solo-

Harry pestañeó varias veces ante esa idea, y la verdad era que no quería quedarse toda la noche solo hasta que volviesen sus padres al día siguiente.

Por lo que asintió aceptando.

-Está bien, llamaré más tarde a Lou-

Anne sonrió ante la idea.

-Hay pizza en el congelador, pasarlo bien y cierra la puerta con llave cuando llegue Lou—dijo ella sonriéndole avanzando hacia la puerta de nuevo—nos vemos mañana mi amor-

Harry sonrió de lado.

-Adiós mamá-

Y finalmente Anne desapareció dejando la puerta cerrada detrás de ella y a su hijo estudiar, segundos más tarde se escuchó un gran portazo de la puerta principal y Harry bufó estirándose en su silla.

Le mandó un rápido mensaje a Louis para que viniera esta noche junto a él y en menos de tres minutos se encontraba con una mochila, seguramente su mejor amigo llegase del taller donde solía practicar.

Sonrió con un pequeño guiño a su mejor amigo y ambos subieron las escaleras hacia su habitación.

Louis se dejó caer en la cama con cansancio mientras el rizado volvió a ponerse en su sitio y miraba con asco el libro que tenía frente a él.

-¿Qué estudias?-

Preguntó Louis estirándose, había pasado más de una hora agachado cambiado las ruedas a un Seat Ibiza V y su espalda crujía como unas hojas secas.

-Biología—gruñó el rizado mirando de nuevo el párrafo que llevaba más de quince minutos leyendo—lo odio-

Louis soltó una pequeña risita y se levantó del tan familiar colchón y caminó hacia el armario de Harry donde usualmente guardaba un par de pijamas suyos.

El moreno de ojos claros se quitó la camiseta.

Harry desvió la mirada de la fotografía de las células hacia el cuerpo de su mejor amigo, y tragó saliva, demasiada saliva.

Desde que Louis trabaja por las tardes en el taller del amigo de su padre su cuerpo había sufrido un cambio físico impresionante, su pequeña barriguita había desaparecido para dar paso a un fuerte abdomen, sus brazos estaban mucho más fuertes y la curva de su espalda acompañada con la de su cintura era más provinente.

Además su rostro había abandonado esos cachetes redondos para dar paso a una perfilada mandíbula.

Harry estaba totalmente perdido en él.

Estaba coladito por su mejor amigo, tanto físicamente como emocionalmente. Y aquello era una tortura. Una tortura ver como solía liarse con algunas chicas en diferentes fiestas y aún así fingir que estaba bien. Que no le dolía.