J U S T T O O Y O U N G

XVII

2016.

"Harry Styles se complace a invitarle a la inauguración de la exposición fotográfica
Ripollés (San Francisco), tendrá lugar el 28 de Septiembre a las 20:30 h.
Un cordial saludo H.S"

Una débil sonrisa bailó en los labios del mayor cuando abrió la carta y la leyó por segunda vez, una sonrisa llena de orgullo al saber que el que fue su mejor amigo estaba cumpliendo su sueño.

Su corazón palpitó con fuerza y dejó la nota a un lado, se quitó la camiseta para dirigirse a la ducha.

El collar quemaba su piel, pero aquello estaba bien, se había acostumbrado.

Pero realmente traspasó su pecho una semana más tarde cuando se encontraba con un cigarro entre los labios y las manos metidas en los bolsillos de sudadera.

Estaba en la puerta de lo que parecía un museo, observando como gente importante, con traje y corbata entraban a la exposición del rizado, y ahí estaba el ojiazul, con una sudadera ancha de adiddas , y unos pantalones vaqueros algo rotos por las rodillas.

Zayn y los chicos habían estado por la mañana en esa exposición ya que tenían que trabajar esa misma tarde y no podían perder el vuelo, por lo que el mayor se encontraba solo delante de tanta gente con dinero.

Tragó saliva y tiró el cigarro al suelo.

Entró a pasos lentos, jugando con el llavero de sus llaves dentro del bolsillo de la sudadera y admirando a cada rincón de la sala.

Por inercia siguió los pasos de una pareja, vestida con vestido de gala y traje, hasta llegar a una sala más grande iluminada con algunas luces, donde varias personas tomaban una copa de champán mientras hacían comentarios de las fotografías.

El ojiazul se paseó por los pasillos hasta parar de forma brusca, sus ojos viajaron al letrero y casi sintió ahogarse con su propio oxígeno.

"Primer amor - Harry Styles"

Mordió su labio inferior y con valentía decidió entrar en aquella sala.

Varias personas se giraron al verle y comenzaron a susurrar, seguramente confundidas al ver un chico vestido con informalidad mientras que todos estaban de gala, Louis ignoró sus miradas de desprecio y siguió a paso lento hasta encontrarse con las fotografías.

El corazón de Louis salió por su garganta.

Sus labios se abrieron por asombro y sus pupilas se dilataron hasta desaparecer el color de sus ojos, pestañeó varias veces sin poder creerse lo que estaba viendo.

Y ahora entendía porque la gente no paraba de susurrar al mirarle.

Ya que él se encontraba fotografiado en toda la sala.

Imágenes de él con dieciséis años, sonriendo o haciendo una extraña mueca, en la que resaltaba el azul de sus ojos o el rojizo de sus mejillas.

Louis se acercó aún más para poder leer el pie de foto que había en alguna de ellas, sin saber que su corazón se estaba resquebrajando poco a poco.

"Llevas haciéndome cosquillas en el corazón desde que te conocí".

Louis alzó ambas cejas y una estúpida sonrisa salió disparada de sus labios, su corazón brincó de felicidad.

De él con diecisiete con el rostro somnoliento en su cama y mirando a la cámara con una pequeña mueca, sonrió ante el recuerdo ya que fue aquella vez donde el rizado se quedó a dormir en su habitación y sin querer disparó el flash despertándome por completo.