Corro, corro con todas mis ganas para escapar de lo que me está persiguiendo. No se lo que es y tampoco se cuanto tiempo llevo corriendo ni como he llegado aquí. Noto que cada vez me cuesta más mover las piernas y mis zancadas se vuelven más patosas y débiles. Estoy huyendo de algo que no he llegado a ver pero se que me persigue, lo noto. Siento como sus ojos se me clavan en la nuca, agujereándomela.
El paisaje no cambia y, aunque estoy bajo el agua sin ninguna protección contra ella, puedo respirar y correr como si no me afectara para nada.
Siempre es lo mismo, una roca enorme a la izquierda con unos peces amarillos, huyendo de las perturbaciones que provoco por mi paso, y a la derecha un gran abismo donde no se puede ver el fondo de lo oscuro que es. Sé que esto no es real, para nada, por el hecho de poder ver en el fondo del océano sin llevar ninguna luz conmigo o poder respirar, pero aun así estoy completamente asustado.
"¡Sigue corriendo Gabriel!" me ordeno a mi mismo angustiado, mas no sirve de nada. Es como si de pronto hubiera olvidado cómo mover las piernas para correr o simplemente andar. Mis extremidades van como quieren, no las siento, no las controlo. Al final caigo al suelo de boca mientas intento mover las piernas más desesperadamente, pataleando al aire, pero nada.
La bola angustia me atrapa y me deja sin palabras. Va a venir y me va a coger, lo noto ya muy cerca mío. No puedo escapar, me va a coger.
"Esto no es real" digo en mi cabeza. Me siento en el fondo oceánico y me llevo las rodillas al pecho, abrazando con mis brazos las piernas. "Vamos, despierta" ruego aunque mi cuerpo no está por la labor. Me llevo las manos desesperadamente a la cabeza y empiezo a jalar de mi cabello. No siento dolor. Esto no es real. Se está acercando más y más, lo siento en mi pecho. "¡DESPIERTA!" grito en mi cabeza intentando llamar la atención de mi cuerpo del mundo real aunque sea ilógico. ¿Qué más da? Nada de lo que está pasando tiene sentido alguno. Respirar se vuelve cada vez más y más costoso.
Estoy notando... como el agua empieza a inundar mi boca y parte de mis pulmones aunque haya dejado de respirar por el miedo. A los pocos segundos un ruido ensordecedor me avisa de que ya está aquí. Él está aquí. Miro hacia todos lados, el tiempo se me agota, pero nada, no consigo ver nada.
-Búscame-dice una voz masculina tras de mi. Me doy la vuelta lo más rápido que puedo y mi boca se abre por completo. Era un chico con el rostro tapado por su largo pelo azul oscuro. Está rodeado completamente por oscuridad. Su sonrisa forzada y sus puños apretados me llaman la atención. Se le nota desesperado, lleno de... tristeza y miedo, más del que yo siento ahora mismo. Me intento levantar para acercarme a él y poderle ver mejor, pero mi cuerpo no quiere, creo que he olvidado hasta hablar. Para colmo me empiezo a marear y todo da vueltas. Los párpados me pesan, me estoy ahogando. Me ahogo.
-Búscame-vuelve a repetir el joven moviendo una de sus manos hacia sí mismo con intención de que yo me acercara, pero ya no puedo más. Mis ojos se han cerrado ya por completo y caigo, aunque no se muy bien a donde. ¿A un abismo que se acaba de abrir justo bajo mis pies? Quien sabe, ya me espero de todo.
Mi cuerpo reacciona ante tal "caída" moviéndose espasmódica e involuntariamente. Abro los ojos de golpe asustado comiéndome de lleno toda la claridad de la mañana. Respiro rápida y profundamente mientras repaso el sueño de cabo a rabo. ¿Quien era el chico de mi sueño? Nunca había visto una persona así, con ese color de pelo y esa...infelicidad tan palpable. Al moverme experimento como todo mi cuerpo está empapado de sudor. Me llevo las manos a la cara y me la froto.
Este sueño ha sido uno de los más vívidos que jamás he tenido. Toda aquella ansiedad que había sentido dentro de él, la sigo teniendo ahora en mi cuerpo. Me sigue ahogando de cierta manera. Me está taponando mi garganta, dejándome sin habla. Mis piernas siguen sin responder, como en el sueño pero tras varios intentos de moverme, consigo sacar una de mis piernas de la cama, lo que hace que me calme un poco. Por fin ha terminado. Más tarde, y con esfuerzo también, saco todo mi cuerpo y me intento levantar.
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Buscándote en otro mundo
Ciencia FicciónGabriel es un chico que vive en la Élite de Luna, una de las muchas ciudades bajo el agua. La humanidad se ha tenido que resignar a vivir ahí debido a sus incesantes guerras que han dejado la superficie casi inservible. O eso es lo que piensan los h...