Capítulo 4
Había algo en Venus que me intrigaba, más después de nuestra charla. No tenía ni idea de que perteneciera al equipo de fútbol femenino de la universidad —¡ni siquiera sabía que existiera uno!— y había algo en su manera de mirar las cosas que me llamaba mucho la atención. Apenas habíamos hablado una vez y había sido de pura casualidad. Se suponía que a esa hora debía estar en la redacción, pero mi jefe quería que cubriera un reportaje de última hora.
¿Había sido el universo el que había querido que cogiéramos el mismo transporte?
Me había gustado charlar con ella, conocerla un poco más. En clase estaba muy callada y con la única con quien se relacionaba era con Destiny. La había visto conversar con más compañeros, pero no a su mismo nivel. Se notaba que eran uña y carne.
Aquel día llegué muerto de cansancio a casa. Había salido de la redacción a la hora, pero entre toda la caña que nos habían metido en la universidad más mi trabajo sentía que me merecía un pequeño descanso.
Nada más entrar, escuché a mamá entonando una suave melodía desde la cocina. Al ser la planta baja de estilo abierto, la vi junto a los fogones. Papá la observaba desde la mesa del desayuno sonriendo. Tenía el portátil a mano y una pila de papeles a un lado.
—Cariño, ya has regresado —dijo mamá volviéndose y clavándome los ojos del mismo color que yo había heredado. Llevaba el pelo rubio recogido en dos trenzas sencillas. Así era ella; podía ser la mujer de un hombre adinerado, pero no cumplía con el estereotipo de la malvada madre que solo se fijaba en su aspecto. Cuando estaba en casa, vestía con prendas sencillas y no usaba ni una gota de maquillaje, ni la necesitaba.
—¿Qué tal te ha ido el día, hijo? —me preguntó papá esbozando una amplia sonrisa.
Dejé la mochila sobre el sofá —ya la recogería más tarde— y fui hacia donde estaban ellos. Me encantaba el estilo de aquella casa, donde me había criado y había crecido. Incluso en una de las paredes aún se podía apreciar las marcas del lapicero con las medidas de Elise y mías.
—Un poco duro. —Me acerqué a ambos y les di un beso en la mejilla a cada uno—. ¡Qué bien huele eso que estás preparando, mamá!
Le hizo gracia que me asomara para cotillear qué estaba cocinando.
—¿Qué tal llevas los exámenes y los trabajos?
—No tienes que preocuparte por nada, papá. Lo llevo todo al día.
Soltó un largo suspiro.
—Temo que no puedas compaginar bien los estudios con el trabajo.
—¿Cuándo he descuidado mis estudios? Sé lo importantes que son y la carrera me apasiona. Estoy aprendiendo muchos trucos que puedo aplicar con mis vídeos o con su promoción.
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Venus. Luz y oscuridad (Serie «Chicas guerreras» 1) (#PGP2021)
Literatura FemininaSerie Chicas guerreras I. ⚽️ ¿Podrá él ser la luz que brille en su oscuridad? ⚽️ Venus es una futbolista de éxito. Delantera del equipo de fútbol femenino de la universidad, está muy unida a su familia y amigos. Aunque no todo es de color rosa en su...