Despierta.

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EL JUGADOR “A veces el jugador soñaba que era otras cosas, en otros lugares. A veces esos sueños eran perturbadores. A veces muy hermosos. A veces el jugador despertaba de un sueño hacia otro, y despertaba de ese hacia un tercero.”

Julian Gough, Poema del Fin.

Era hace una vez, un jugador, un soñador; un jugador impulsado con las ganas de conseguir una experiencia en un juego que lograra ponerlo al limite de su silla, que lograra hacer que el momento lo atrapase tan fuertemente que siquiera pudiese percibir las vibraciones del mando con el que controla su sueño.

Un jugador que no se rendía fácilmente, una vez que terminaba un sueño, volvía a hacerlo desde el principio. Mejor. Mas rápido y con mas recompensas, nada se le escapada. Una vez contó a sus amigos como no durmió durante 2 días para conseguir crear un sueño basado en cubos, siendo rozado por las gotas de lluvia que seguidas de un arcoíris, despejaban el cielo para dejar ver el cubo blanco que entonces seria el Sol. El cuento que creo un mundo, un sueño, en donde los colores fantásticos de los atardeceres hacían contraste con las columnas de roca fundida que caían por el regazo de una montaña a lo lejos. Contó como la luz del sol lograba iluminar su refugio, el cual creo soñando, el cual creó destruyendo, y que amó inspirado.

El jugador tenía agallas. A veces esos sueños eran perturbadores. A veces muy hermosos. Tanto así que se sentía mas conmovido por explorar las inmensidades llenas de pixeles y pixeles de su mundo, a explorar las sensaciones de su sueño largo, permanente. Único. Vivir.

Tanto así fue, que simplemente prefería quedarse sentado a seguir soñando, que salir y vivir otros sueños. Tenía determinación, esperanza, ya no quería seguir soñando cosas tan simples, el juego le abrió nuevas puertas. No solo este, sino muchos mas.

Juegos, jugó muchos. Algunos lo desesperaban psicológica mente, otros, sin embargo, lograban calmarlo. Jugaba hasta por esperar, por pasar el rato y aún así, lo gozaba.

Del sonido de armas descargándose contra el cuerpo del chico malo de la historia, pasando por el rugido de un motor modificado para llegar siempre de primero a la meta. Hasta llegar a el sonido del viento contra los oídos a una gran velocidad, cayendo, aterrizando. Luego levantándose, y seguir corriendo para hacer nuevos saltos, para llegar mas alto.

Odió a los chicos malos de sus sueños, conmovido por las historias, tocado por los personajes. Enamorado de los sentimientos que se encontraba a lo largo de sus cruzadas después de estudiar, y a la cama. Salvo princesas, mató dragones, rescató rehenes, comió carnes, busco recursos, destruyo patrullas, mato y ayudó a la ley en distintas ocasiones. Era un mercenario, sus principios variaban según el sueño, se podría decir entonces que, era alguien con muchas personalidades.

No. No lo era. Tenía una sola, la suya, lo que es su amor por el juego. Era un jugador, un aventurero, un descubridor, un destructor, un creador, carne y maquina, era un hombre detrás de una mascara, un super-humano, un policía renegado; era lo que quisiera, un asesino que daba vida a situaciones que dejarían con el corazón estrujado o conmovido a otras personas. Su capacidad de lograr tener total control sobre sus decisiones, no se quejaba de la historia solo la vivía como si fuera suya. Y es que así lo creía, su manera de creer las cosas, tan suya. Tan del Jugador.

Hoy les contare una historia. Es la historia de un jugador. Ese jugador es él.
Thomas “Sun” Nikkou Jugador de juegos. Soñador. Creador. Detrás de una pantalla, dentro de un cuarto lleno de calor resaltado de la tensión. Encerrado soñando que era alguien que no existe. Soñando que mataba seres sin vida terrenal. Que besaba mujeres falsas, algo un poco patético, pero no le prestaba atención.

Un pequeño rayo de luz entraba por la cortina cerrada de su habitación, brillaba tal cual su nickname, nombrado así por sus amigos, sus compañeros de partidas de otros países, mas cercanos, incluso, que los de su barrio. Incluso de su pueblo.

Un chico, Madre Estado Estadounidense, de una parte que, curiosamente, el ha visitado en uno de sus sueños. Los Ángeles, aunque una copia menos masiva. Y un estricto, recto y molesto padre Japones, de Tokyo. No es como se espera, no es muy fanático de las series de dicho país, dice que no le satisfacen lo suficiente como para decir que las considera un sueño “real”.

Su cuarto, como su vida, desordenados, a exepción de su zona de juegos. Una silla en frente de una gran pantalla, la silla es una silla modificada (por el mismo) de una Ford Bronco, de su tío por parte de su madre.

Ahí estaba el, en un día como cualquiera, soñando. Viviendo cada segundo de la historia que Bungie le trajo esta vez, en un planeta alejado, iluminado por una estrella tres mil veces más masiva que el sol, que funde planetas a su paso para llegar a ser vista por el jugador por unas horas, a una distancia tan larga que tarda más de 10 minutos en llegar a Reach. Se siente abrazado por el universo, nunca antes se había sentido una sensación tal cual. Ni siquiera sabe a donde ir, que mundo, esto le recuerda a una isla llena de dementes obsesionados con el significado de locura, y a otra en las costas de Korea, recordó estar en la misma situación que ahora, dentro de un traje que es lo que lo separa de ser abono a ser el héroe que salve a la damisela en apuros.

Pero lo que él no sabes es que hoy será diferente, ni siquiera será un día bueno o malo. Aquí se descubrirá si las experiencias en los juegos te ayudan a estar preparado para situaciones extremas. ¿Serás capaz de destruir? ¿De asesinar? De salvar la vida de otros arriesgando la tuya y acabando con la de muchos mas, empuñar un arma, jalar el gallito, y mantenerte lo suficientemente tranquilo, tener u equilibrio adrenalina-calma, para lograr apuntar bien. ¿Será una persona así capaz de esto en la vida real?. La locura nunca antes fue u concepto tan claro. Esta no es hacer algo todo los días, y esperar que algo cambie. Es pensar que estar preparado para algo en pequeña escala, te sacara de apuros cuando sea tu familia la que esta siendo atacada por aliens, terroristas, pandilleros, corruptos, incluso, tu propio tío quien al fin desvelo su verdadera cara.

Thomas “Sun” Nikkou, jugador de juegos, vividor de experiencias. Soñador. Asesino. Heroe. El Jugador. La vida te sonreía, ahora te escupe. El sol brillaba, ahora esta apagado.

Enciendete de nuevo. Una estrella mas grande que tu esta a punto de atacarte. 

Carga tu arma, empuña tu espada. Dispara la flecha. Pisa el acelerador. Fuerza la cerradura. No dejes que te vean, ataca. Ocultate en las sobras, pero ilumina la oscuridad.

Se el héroe. Se el hombre adecuado en el sitio equivocado. Cumple con tu cometido. Salta, aterriza, vuelve a levantarte.

Refúgiate, come, bebe, siéntete vivo. Estas vivo. Si, lo estas, mantente así.

Se el atardecer y el amanecer, junto a la Luna. Se la lava que cae de la montaña. Se la montaña, acércate. Sigiloso, EXPLOTA.

La muerte nunca fue un inconveniente de mas de unos segundos, era temporal, ahora es lo que define tu destino.

Vuelve de tu piel tu escudo, de tu voz tu astucia, de tu mente aquella inteligencia artificial que te guía en un camino a oscuras.

Ve, no defraudes a tus compañeros, demuestra que no has perdido el tiempo.

Ve, juega. Sueña. Derrota. Triunfa. Ama. Crea. Destruye. Mata. Vive.

Despierta.

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2015 ⏰

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