Antes de nada, quería deciros que acabo de empezar un nuevo fanfic Wigetta, podéis encontrarlo en mi perfil, se llama "Más allá" por si os interesa y queréis leerlo. ^^
Espero que os guste, y gracias a todos los que me leeis.
Os adoro muchito. <3
Narra Guillermo:
Una empleada se acercó a la puerta, junto a dos guardias —los cuales eran tres veces yo— que le abrieron la puerta para que comenzar a sanar las heridas que el pirado me había originado.
—Avísame si te duele. —dijo con un delicado tono de voz.
Yo sólo me limité a asentir con la cabeza.
Como era de esperar, el dolor se hizo notar e intenté hacer todo lo posible por no gritar, cosa que no logré del todo.
La mujer parecía tener unos cuarenta y pocos años, parecía alguien bastante agradable y que a pesar de cómo fuera su amo, se veía en su rostro que lo quería —ya que otros de sus sirvientes no tienen esa tierna y preocupada mirada en su cara—. Se preocupaba por él.
—Ya estás. —dijo, poniéndose en pie y dirigiéndose hacia la puerta—. Por favor, haz caso a Samuel, te evitarás muchos problemas.
Salió de la celda, porque prácticamente eso es lo que era, para perderse de vista.
No hacía falta que esa mujer me advirtiera para darme cuenta. El haber tenido la desgracia de experimentar y presenciar su enfado era suficiente para darme cuenta en que lío me había metido aceptando la ayuda de aquel hombre.
Me tendí sobre la cama, sin dejar de estar pendiente de la única entrada del lugar. Estaba tan aterrado por lo ocurrido recientemente, que mi cuerpo no podía dejar de alarmarse por cualquier ruido que llegasen a escuchar mis oídos.
Cuando mis ojos empezaban a cerrarse, vi —con algo de dificultad— a lo lejos como él se disponía a entrar por la puerta, algo que me hizo levantarme de golpe de la cama y distanciarme lo más que pude de su silueta, que ya estaba invadiendo mi espacio.
—¿Q-qué quieres? —pregunté ocultándome tras mis manos—. N-no me hagas daño.
—Levántate. —Cuando quise darme cuenta, me encontraba en el suelo acurrucado, escondiéndome del hombre que recientemente había entrado en lo que se supone que era mi habitación—. ¿Has oído lo que te he dicho? —Me puse en pie sin mirarlo, fijando la mirada a mis pies. Cualquier cosa era más entretenido y de buen mirar que su estúpida y odiosa cara. Menos mal que no podía entrar en mi mente, tal vez me mataría por ello—. Buen chico. Debería darte una galleta.
Me desagradaba en abundancia la manera que tenía de burlarse de mí. Me trataba con desprecio, como si fuese inferior que él, y eso hacía que me sintiera sucio y que me diera asco de mí mismo.
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Duros caminos del destino [Wigetta y Lutaxx]
FanfictionEsta es la historia de cuatro chicos, de los cuales sus vidas se cruzarán entre ellos, tal como el destino. Samuel es un chico millonario, al cual su padre lo consentía en todo, un día chocaron con un chico, el cual se reconocería como regalo para s...