Como me olvidé de ella y encontré la felicidad

El mejor día de todos

Había pasado la semana y ya era viernes, a las 9 eran los XV de la mujer que amo, decidí ponerme un traje negro azabache, zapatos de cuero negro y una corbata azul ya que ese es su color favorito.

Ya que es uno de la días más importantes de su vida, le compre un collar de diamantes, me salió caro, pero ella lo vale, tuve que pedir prestado a mi mama, ya que costo 1200 dólares.

A las 9 de la noche estaba entrando en la sala de fiestas del Gran Hotel Casino Esparta, un hotel súper lujoso, cada detalle de la fiesta era prefecto, me encontré con Garreth ahí.

Wow Bastian, que elegante-dijo el

El llevaba un traje azul marino

Jajaja si- le dije yo, el no sabía la ocasión.

Fuimos a buscar a Seba y mi hermano que se habían hecho mejores amigos y buscamos algo de beber y nos divertimos.

A las 10 empezó a sonar el vals y apareció, saliendo del ascensor que llegaba a la sala de fiestas, estaba hermosa, increíblemente hermosa.

Llevaba un vestido blanco, liso desde la cadera hasta los pies, escotado mostrando su hermosa espalda perfecta, parecía una princesa, no, una novia, estaba perfecta, y yo estaba perdidamente enamorado de ella.

Llegó al centro del salón y empezó a bailar el vals, con su padre y luego con sus familiares, todos rodeados por una ola de aplausos.

Cuando fue mi turno yo estaba nervioso, no sabía que pasaría.

Caminé hacia ella, la abrace y empezamos a bailar, los aplausos eran acogedores.

Estas hermosa mi amor- le dije al oído, definitivamente estaba enamorado de ella.

Gracias mi cielo-me dijo

La miré fijamente y ocurrió lo que tenía que tenía que ocurrir.

La besé y ella me lo devolvió con intensidad, ella me amada tanto como yo a ella.

Hubo un breve silencio y luego empezaron a aplaudir.

Me separé de ella, la mire directo a los ojos y dije lo que más quería decir:

Francesca Hamilton... Quieres ser mi novia? -le propuse.

Si...siiii quiero- dijo ella llorando de felicidad mientras me anexada y me daba un beso.

Estallaron los aplausos y recordé donde nos encontrábamos, era el hombre más feliz del mundo, quería estar con ella el resto de mi vida y sabía que así sería.

El resto de la noche fue tan bueno como ahora, estaba con la mujer más hermosa del mundo y era súper feliz, sus padres y mi madre estaban de acuerdo con la relación, éramos felices juntos.