Cuando entreabrí los ojos, sentí como unos ojos anclaban su mirada en mí, cuando me incorpore no había nadie en la habitación, estaba en una habitación blanca, en esta solo había un escritorio en el que había ropa sobre él y una cama bastante incómoda, hacía frío, sólo llevaba puesto un camisón blanco y unos calcetines negros.
Salí de la cama, me sentía mareada, cogí la ropa y me la puse, el tacto de la ropa no era desagradable, llevaba una sudadera negra con un logo triangular blanco y unos pantalones vaqueros con el mismo logo en la parte de atrás. No supe reconocer de que se trataba el logo, pero se me hacía familiar.
Mientras intentaba peinar mi pelo con las manos a falta de cepillo, una puerta blanca de madera sobresalió de las paredes, me quedé congelada por un instante. La puerta se abrió, sentí correr por todo mi cuerpo un cosquilleo , una mujer mayor, de tez blanca, pelo negro y con un vestido con el mismo logo, me extendió su mano, en símbolo de bienvenida.
-Bienvenida, Enid espero haber escogido una talla adecuada a tu cuerpo- Dijo la señora con una sonrisa en la cara
- Sí, me está bien, es bastante cómoda- le contesté con la cabeza cabizbaja
-Ven te acompañaré al comedor, allí encontrarás gente de tu edad, con la que te llevarás bien- me cogió la mano y me llevó donde decía.
El comedor era grande, como casi todo este lugar, había mesas de colores y las sillas eran blancas, la comida la servía un hombre, con cabello castaño y no parecía tener más de treinta años, casi todo este lugar era blanco menos los muebles estos eran de colores, en el comedor había mucha gente, todos parecían amables, hoy había de comer lentejas, una comida que siempre hacía mi madre y que no soportaba comer. De hecho, ¿Dónde está mi madre?
-Siéntate en la mesa número siete, siempre te sentarás allí, ellos los que nos están saludando, serán tus compañeros de habitación y equipo, ya te explicarán lo demás ellos- me dio una pequeña palmada en la espalda.
Di pequeños pasos hasta llegar a la mesa, esta estaba situada al lado de la ventana, se veían unos árboles, creo que eran pinos, por la forma que tenían.
-¡Hola!- una chica con el pelo azul me dio un abrazo- soy Layla, espero que nos lo pasemos bien, hoy te instalarás en nuestra habitación-
Asentí y me senté en la mesa, los pensamientos sobre mi madre no paraban de recorrer mi cabeza.
-No te has presentado, sólo somos cinco en el equipo, da gracias de que no somos diez como el equipo dos- dijo un chico girando su cabeza a una mesa rosa.
- Me llamo Enid, perdón, es mi primer día, estoy un poco perdida, estoy muy metida en mis pensamientos- dije tímida
- Tranquila, Alex es poco empático, mi nombre es Enzo- dijo un chico con ojos verdes extendiendo su mano.
Correspondí el gesto y le dediqué una pequeña sonrisa.
- Yo soy Tara, encantada de conocerte, Amelia llevaba días hablando de ti.-
-Perdona, pero ¿Quién es Amelia?- pregunté
- Se le habrá olvidado presentarse, es la mujer que te ha traído al comedor, es la que decide en que grupo vas y la que controla casi todo este lugar- dijo mirando el comedor detenidamente
- ¿Por que vosotros no lleváis ropa con el logo?- dije mirando la sudadera que llevaba.
- Es la ropa del primer día, cada semana nos dan a elegir ropa nueva, nuestro armario es gigante, hay un armario para cada uno- dijo Alex llevándose una cucharada de lentejas a la boca.
-¿No vas a comer?- me preguntó Layla mientras rellenaba su vaso con agua
-No soy muy fan de las lentejas, aunque estas tienen buena pinta, relléname el vaso a mí también-
Cuando terminamos de comer, los chicos me llevaron a nuestra habitación, la puerta era pequeña, pero la habitación era enorme, tenía dos plantas, en la parte de abajo estaba el baño y varios escritorios junto a una estantería que estaba llena de libros. En la segunda planta estaban las camas y los armarios, cada una tenía unas sábanas de un color, mis sábanas eran de color morado, abrí el armario, Alex tenía razón los armarios eran gigantes, el mío estaba vacío, aunque había una hoja de papel con casillas para rellenar mi ropa de preferencia.
-"Equipo 5 y 7 vayan a la sala E"- una voz robotizada salió de un altavoz que estaba en el centro de la habitación.
-Layla, encárgate de la nueva, Enzo y yo vamos a hablar con Amelia- dijo Alex cogiendo algo de su mochila.
-Ven conmigo- Layla me extendió su mano
Pasamos por largos pasillos tenues, había pequeños apliques en las paredes que no iluminaban mucho, Layla se paró enfrente de una puerta amarilla, con una E azul en el centro, cada vez entendía menos la decoración de este lugar.
-No te asustes, las personas del equipo 5 solo quieren intimidarte.- Layla me advirtió
Entramos en una sala blanca al igual que el lugar donde había despertado, cuando entramos Tara ya estaba ahí junto a una chica rubia.
ESTÁS LEYENDO
Mi nuevo comienzo
Teen FictionEstaba en una habitación blanca, en esta solo había un escritorio en el que había ropa sobre él y una cama bastante incómoda, cogí la ropa y me la puse, el tacto de la ropa no era desagradable, llevaba una sudadera negra con un logo triangular blan...